Mediante el estudio se analizaron las barreras - tecnológicas, ambientales y económicas - para la producción del metanol a partir de dióxido de carbono, así como opciones que permitirían sus posibles usos en el transporte automovilístico a medio y largo plazo.
Los costos y beneficios se evaluaron desde la perspectiva del ciclo de vida a fin de comparar diferentes materias primas para la producción de metanol y con el fin de reflejar los beneficios potenciales del metanol obtenido a partir de CO2 .
El informe concluye que es posible prever beneficios a medio y largo plazo, ya que la obtención de un combustible alternativo a partir de un gas residual con efecto invernadero permitiría reducir la dependencia europea de los combustibles fósiles convencionales y, con ello, minimizar los riesgos de seguridad del suministro. El estudio destaca, sin embargo, que será necesario un esfuerzo sostenido de investigación y desarrollo para convertir el C02 en una materia prima competitiva, producirlo de forma eficiente a partir de emisiones y asegurar que sea un combustible atractivo tanto para el sector del transporte, como para otras industrias.
Las crecientes dificultades de Europa para acceder a un suministro seguro de combustibles fósiles a precios aceptables, obligan a considerar opciones alternativas para que el servicio de transporte siga siendo asequible para el tejido productivo y la ciudadanía durante la transición hacia una economía menos dependiente del petróleo.