El cantautor ofreció el miércoles un concierto en la ciudad suiza de Montreaux, «un concierto normal, de más de dos horas, con un público muy caluroso que propició un ambiente realmente hermoso», según el responsable del espectáculo. A la mañana siguiente, ya se encontró mal. «Morir no era el estilo de Dalla», ha dicho su agente, Michele Mondella.
Tenía 69 años y seguía en activo. Había participado este año en el festival de San Remo, en un duo con el joven Pierdavide Carone, para quien había compuesto una canción. Era el último eslabón de una carrera que comenzó en los 60 y que le convirtió en un personaje próximo para varias generaciones de italianos. Su voz rota caracterizaba sus incursiones en el jazz, el soul, el rock y el pop para crear un estilo que partía de la música tradicional italiana y que le alejaba de los habituales melódicos del país.
Controvertido, iconoclasta y divertido, cantó a la vida cotidiana con poesía contemporánea y vendió nueve millones de discos de Caruso en todo el mundo. En España también triunfó con esa canción y después grabó en español, en los noventa, sus álbumes Cambio y Canciones. De sus composiciones han hecho versiones varios cantantes españoles.
Los grandes de la música italiana de las últimas décadas han lamentado su muerte y le han dedicado grandes elogios como cantautor y como persona. El presidente de la República, Giorgio Napolitano, ha dicho de él que es un autor «de voz fuerte y original, que ha contribuido a innovar y a promover la canción italiana en el mundo. Ha sido un artista amado por muchos italianos de varias generaciones».