Este estudio además de encontrar la zona de origen, revela un dato hasta ahora desconocido, y es que la expansión no se dio por una variación genética del virus, sino por el hombre y sus comportamientos. Originariamente, este virus era conocido como Virus de Inmunodeficiencia Simio (VIS) y se encontraba en los primates, pero tras dar 13 saltos entre el chimpacé y el gorila se hizo transmisible al ser humano.
Con esta investigación, se da carpetazo a aquellas teorías inspiradas en que el virus se había creado en un laboratorio, ya que los investigadores han analizado el material genético extraído de una subespecie del chimpancé, el «Pan troglodytes troglodytes», de la zona sur de Camerún. Por lo que probablemente algún cazador fue el receptor de la primera versión de esta mutación (al manipular o exponerse a la carne cruda del animal), y lo transportó en ferry hasta la zona de Kinshasa.
Tras asentarse en el cuerpo humano el virus comenzó a expandirse debido a factores económicos y sociales, como el desarrollo de nuevas infraestructuras de comunicación, expansión de los núcleos urbanos, crecimiento de la actividad económica, vacunaciones masivas sin esterilizar las agujas y el auge del comercio sexual. A pesar de que los primeros casos se dieran en San Francisco (EE.UU) en 1981, los investigadores indican que la gente ya moría de SIDA mucho antes pero no se conocía.
Según explica el profesor de la Universidad de Oxford y principal autor del trabajo, Oliver Pybus, «nuestros datos genéticos nos dicen también que el VIH se propagó muy rápidamente a través del Congo, una superficie equivalente a Europa Occidental, desplazándose con las personas por los ferrocarriles y vías acuáticas». Además las informaciones de los archivos coloniales indican que a finales de los años 40 «más de un millón de personas estaban en tránsito cada año en Kinshasa por tren», concreta Nuno Faria de la Universidad de Oxford.
Estas redes de comunicación facilitaron la propagación del virus por todo el país e incluso el continente africano. Las áreas de Mbuji-May y Lubumbashi, conocidas por la producción de diamantes y metales preciosos, tuvieron un importante tráfico de personas por lo que se facilitó aun más la expansión del virus.
También la prostitución tuvo un papel importante
Una de las iniciativas para impedir las infecciones de transmisión sexual en la zona africana fue vacunar a la población, ya que había un índice muy alto de prostitución. Lo que no se esperaba con esta medida, es que al no esterilizar las agujas estaban contagiando de SIDA a multitud de ciudadanos, y junto a los cambios que se dieron en la década de los 60 con la independencia del Congo, el virus pasó a tener un marco de actuación mundial.