Cada vez hay menos trabajadores en edad de trabajar y más jubilados, la Unión Europea prevé que esto hará que, en un futuro no muy lejano, la demanda de trabajadores muy cualificados sea mayor. Para satisfacer esa demanda será imprescindible que los trabajadores, además de estar bien preparados, estén dispuestos a trasladarse allá donde esté el trabajo. Eso solamente lo podrán hacer si las titulaciones se reconocen por igual en toda la UE de una forma sencilla, rápida y fiable.

Diez países de la UE mantienen restricciones para que trabajadores búlgaros y rumanos accedan a sus mercados laborales, entre ellos España que obtuvo el permiso de la Comisión Europea para hacerlo hasta el 31 de diciembre del año próximo, debido al enorme paro que hay. El Parlamento Europeo quiere que esas restricciones terminen y que se defina exactamente qué condiciones son las que impiden a un país a dar permiso de trabajo a algunos ciudadanos comunitarios.

En el último año, diecisiete países de la UE aumentaron su índice de paro hasta situar en octubre la tasa total en el 9,8 % en el conjunto de los 27 y en el 10,3% en la zona euro, en ambos casos es una décima más que el mes anterior. España se separa aún más de sus socios europeos en el número de desempleados y alcanza el 22,8%.

Que la tasa de paro en España duplica la media de la Unión Europea ya no es noticia, pero sí lo es que por regiones entre los 27, ocho de las que más desempleo tienen sean españolas, que las otras sean territorios franceses de ultramar y que solo se salva por unas décimas de ser la primera la comunidad canaria, con un índice de paro del 28,7%. Zeeland, en Holanda, tiene solo el 2,7%.

La tasa de paro en la UE aumentó en septiembre, después de permanecer estable durante el verano. La fuerte subida del desempleo en España empuja hacia arriba las cifras medias europeas, que ahora están en el 10,2% en la eurozona y en el 9,7% en el conjunto de la UE. Son los datos más altos en lo que va de año.

La mayoría de los europeos terminan su jornada laboral entre las cinco y las seis de la tarde, en España se termina de trabajar a partir de las siete, en casi todos los sectores. Horarios que no se traducen en más productividad, largas pausas para la comida y escasa flexibilidad hacen más difícil la conciliación de la vida laboral y personal a los españoles.

Las tasas de paro no mejoran en Europa. En el mes de agosto, el desempleo se mantuvo estable en el 9,5% en la eurozona y en el 10%, en el conjunto de los 27, donde el número de personas que buscan empleo alcanza los 22,7 millones. En la zona de la moneda única, son 15,7 millones. España sigue siendo el país con más parados en la Unión, un 21,2%, en fuerte contraste con Austria, que solo tiene un 3,7% de desempleados.