El secuestro de más de 200 niñas en Chibok es un terrible episodio más del conflicto armado que se vive en Nigeria y que sólo entre enero y marzo del 2014 ha provocado más de 1.500 muertos. El gobierno tiene que abordar la situación de inmediato. Amnistía Internacional ha recopilado una serie de testimonios condenatorios que revelan que las fuerzas de seguridad de Nigeria no actuaron ante las advertencias previas sobre el asalto armado de Boko Haram contra el internado público de Chibok en el que más de 240 estudiantes fueron secuestradas durante la noche del 14 al 15 de abril.
Una propuesta para igualar los derechos de herencia de hombres y mujeres divide a Marruecos: para los «modernistas» es una aplicación de las garantías establecidas en la Constitución, para los islamistas es una violación de la ley islámica o shariá.
Y están los extremistas que lisa y llanamente quieren dar muerte a quienes promuevan la igualdad de derechos.El hijo de Claudine Umuhoza cumplió 19 años el 1 de abril. Es uno de los miles y miles de niños concebidos durante el genocidio en Ruanda, pero no está reconocido oficialmente como un sobreviviente. Su madre sí. Dos décadas después de la masacre de un millón de miembros de la etnia minoritaria tutsi y de hutus moderados, la mayor parte de la población actual todavía hace malabares para soportar el peso de aquella violencia.
Las mujeres lideran en Ruanda 20 años después del genocidioCuando la parlamentaria ruandesa Veneranda Nyirahirwa era adolescente, no le permitían ir a la escuela secundaria por su condición étnica. Tras el genocidio perpetrado por el Estado en 1994, y tras asumir un nuevo gobierno, pudo cursar la educación secundaria. Entonces, ya tenía más de 20 años, pero aprovechó bien la oportunidad.
En los últimos 30 años, el número de mujeres trabajadoras en los países del sur del Mediterráneo ha aumentado un 0,17%, y sólo el 25% de las mujeres en la región tienen trabajo o lo buscan de forma activa. Para el Secretariado de la Unión por el Mediterráneo (UpM), es necesario conseguir una mayor participación de mujeres y jóvenes en el ámbito socio-económico para construir sociedades económicamente prósperas y socialmente estables.
En buena parte del mundo árabe, la participación de las mujeres en el trabajo es la más baja del planeta, y es raro encontrarlas en la política en Medio Oriente y el norte de África. Tal vez una de las pocas excepciones sea Argelia, donde se ha alcanzado el 30 % de mujeres en el parlamento, mientras que Arabia Saudita les ha dado la bienvenida en el Consejo de la Shura.