El uno de enero Dinamarca recoge el testigo de Polonia en la presidencia semestral de la Unión Europea. Será un periodo decisivo para comprobar si las últimas medidas adoptadas por los líderes de los 26 (no estará Reino Unido) consiguen devolver la confianza en los mercados y si la UE es capaz de frenar la recesión que se apunta. Los daneses, fuera del euro, dicen perseguir una Europa responsable, dinámica, verde y segura.
«Nuestra crisis exige un Nuevo Deal» así es como ve la situación el presidente del Parlamento Europeo, Jercy Buzek, y asi es como lo dijo en la Eurocámara en su discurso de despedida. El próximo 17 de enero dejará la presidencia que ocupará el socialista alemán Martin Schulz. El político conservador polaco finaliza sus dos años y medio de mandato que han transcurrido en una época especialmente complicada.
¿Quien dijo que «20 años no es nada»? En el vigésimo aniversario de la adopción del Tratado de Maastricht, la UE se ha dado finalmente cuenta de que la unión económica y monetaria se tiene que apoyar en un fundamento «más estable», de manera que con el nuevo pacto conseguido esta semana y los avances en la unión política, se eliminen las debilidades persistentes desde aquel lejano 11 de diciembre de 1991.
La confianza de los españoles en la UE para ofrecer soluciones a la crisis y oportunidades de empleo ha caído en 40 puntos porcentuales desde 2009. Los ciudadanos españoles son más pesimistas que el resto de los europeos en lo que se refiere a conservar su empleo en los próximos meses. En el conjunto de los Estados miembros el 71% no ve cercano el final de la crisis y el 87% cree que la pobreza ha aumentado en los dos últimos años.
A partir del 1 de diciembre próximo el Parlamento Europeo dispondrá de 18 escaños suplementarios como consecuencia de su adaptación al Tratado de Lisboa. España es el Estado europeo que más número de diputados sumará con cuatro nuevos miembros. Serán dos eurodiputados del PSOE, uno del PP y uno de CIU.
En consonancia con los planes de ajuste que llevan a cabo los 27, su contribución al presupuesto de la UE para el año que viene estará en la misma línea de austeridad. Los socios comunitarios no han cedido a las pretensiones del Parlamento Europeo y finalmente han acordado un aumento de gastos de solo el 1,86%, comparado con el presupuesto de 2011, es decir, congelación en términos reales, si se tiene en cuenta la inflación.
La Unión Europea vive días de gran actividad. Se quitan presidentes, en su lugar se nombran tecnócratas y se trabaja activamente en una reforma del Tratado de Lisboa. El presidente del Consejo Europeo, Herman van Rompuy, está elaborando un informe que presentará en diciembre sobre la mejor manera de hacer esos cambios que podrían aprobarse a mediados de 2013.
El punto fundamental de la reforma sería la posibilidad de que la UE pudiera actuar sobre los presupuestos de los Estados que ponen en peligro la eurozona.