El Parlamento Europeo ha aprobado una resolución para impulsar a la UE a luchar contra la biopiratería de las multinacionales que explotan las plantas con propiedades medicinales de los países en desarrollo sin que a las poblaciones autóctonas les llegue apenas nada de los enormes beneficios que consiguen.
Tres años después del devastador terremoto que arrasó Haití, en el que murieron 20.000 personas y un millón y medio más se quedaron sin casa, la UE sigue ayudando al país caribeño, destinando 30,5 millones de euros más de ayuda humanitaria. La situación de este país ha empeorado con el paso de la tormenta Isaac y el huracán Sandy, a finales de octubre.
Las personas que sufren los grandes conflictos que llevan años sin solucionarse del África subsahariana recibirán este año gran parte de los 661 millones de euros que la UE destina a Ayuda Humanitaria este 2013. Ese presupuesto lo gestionarán sobre el terreno las más de 200 organizaciones asociadas en más de 80 países o regiones.
Corporaciones de alimentos, gobiernos y organizaciones no gubernamentales animan a los agricultores africanos de pequeña escala a orientar su producción hacia las demandas del mercado. Pero los mercados son múltiples y muy diferentes, desde las grandes corporaciones multinacionales que pretenden orientar su política de expansión hacia la agricultura verde y sostenible a las necesidades alimentarias de los países africanos.
Un proyecto de ganadería llevado a cabo por países europeos y Mauritania, ha demostrado que las mezclas también son buenas. Los ganaderos de ese país africano cruzaron vacuno europeo de razas productoras de leche con ganado mauritano. Ahora con 20 vacas producen la misma leche que con 150, y se plantean la posibilidad de exportar leche a otros países.
Las exportaciones de algodón son fundamentales para varios países africanos, principalmente de África occidental y central. Representan entre el 30% y el 40% de los ingresos de las exportaciones de Benín, Burkina Faso, el Chad y Malí. La UE, un importador neto de este producto, apoya el desarrollo de la iniciativa privada para ayudar al sector africano del algodón, en países cuya economía depende en gran medida de este producto.
La falta de vitamina A afecta a 190 millones de niños y niñas en el mundo, una cifra que supera a las poblaciones de Alemania, Francia y Polonia sumadas. Cada año mueren entre 250.000 y 500.000 niños por la carencia de esa vitamina, un nutriente vital, que se consume a través del hígado, las zanahorias y las coles rizadas.