La Comisión europea ha presentado este miércoles un paquete de medidas para reforzar el gobierno económico de la Unión. Además de varias propuestas de coordinación entre los socios comunitarios, Bruselas propone retirar los fondos de cohesión y las ayudas agrícolas y pesqueras a los Estados que no cumplan el límite del 3% de déficit previsto en el Pacto de Estabilidad y Crecimiento.
Los destinatarios finales de las ayudas, por ejemplo, los agricultores no dejarán de percibir los subsidios, sino que será el Estado quien mantenga los pagos pero no serán reembolsados por la UE. Tampoco se cortarán los fondos de golpe. Se hará un seguimiento de la evolución económica de cada país hasta decidir cortar las ayudas. Si no hacen nada para reducir su déficit, «implicaría la cancelación de los compromisos presupuestarios y la pérdida permanente de pagos» dice la Comisión.
Además no será sólo el incumplimiento del déficit el factor determinante, también la deuda pública será evaluada y quienes superen el 60% del PIB pueden ser sometidos al mismo procedimiento de infracción. Otra medida para los infractores es la obligación de hacer un depósito temporal hasta que el país en cuestión estabilice sus cuentas.
Sobre las propuestas iniciales previstas, la Comisión no se ha atrevido a proponer la retirada del derecho de voto de los Estados infractores en los Consejos, que exigiría un cambio en el Tratado europeo, pero al incluir la retirada de ayudas agrícolas abre el abanico sancionador a países como Francia o Alemania y no sólo a los pequeños o medianos, beneficiarios de los fondos de cohesión.
Hacia un gobierno económico europeo
Junto a estas medidas sancionadoras, el comisario europeo de Economía, Olli Rehn, ha presentado otras que, en su opinión, habrían evitado una crisis como la de Grecia. «Ya es hora de crear una verdadera unión económica y monetaria, que es lo que se busca con estas propuestas», ha subrayado Rehn. Se establece lo que llama Semestre económico, por el que los socios comunitarios coordinarán sus políticas y los presupuestos nacionales serán revisados en Bruselas, antes de ser aprobados en sus respectivos Parlamentos, para estudiar si se ajustan suficientemente a los planes estabilizadores.
Se crea también un mecanismo de alerta temprana para detectar desequilibrios presupuestarios. Olli Rehn no ha concretado los criterios que se utilizarán, pero ha puesto como ejemplo el coste laboral o la evolución de precios del mercado inmobiliario. Para tranquilizar a Alemania, ha dejado claro que no se debilitará la capacidad exportadora de los Estados. euroXpress