La Comisión Europea ha presentado hoy su propuesta de distribuir 40.000 refugiados sirios y eritreos que se encuentran actualmente en Grecia e Italia. Según los cálculos de Bruselas, a España le corresponderían un mínimo de 4.288 refugiados para los próximos dos años. También ha recomendado a los países que acepten a 20.000 demandantes de asilo de terceros países, que no tendría carácter obligatorio, España podría acoger a 1.549 personas más.
Una semana más tarde que el ministro español José Manuel García Margallo cargara contra el sistema de cuotas propuesto por la Comisión Europea, Bruselas no sólo parece haber hecho caso omiso de las críticas de algunos gobiernos europeos, sino que ha aumentado los porcentajes. Si en un principio, el Ejecutivo comunitario explicó que a España le correspondería un 9% del total de refugiados que llegaran a territorio europeo, ahora con la propuesta definitiva que se enviará a los estados miembros, la partida que le tocará al país será mucho más alta, un 10,7% de 40.000 sirios y eritreos refugiados, que hace un total de 4.288 para España.
La razón de este cambio se debe a que ni Italia ni Grecia participarán en el programa, puesto que se considera que ya han hecho el esfuerzo necesario, y en el caso de Atenas, especialmente por los graves problemas que atraviesa su economía. Todos los países que reciban refugiados obtendrán 6.000 euros por persona acogida en su territorio, que forman parte de un total de 240 millones adicionales que la UE pretende destinar al plan. La cifra de refugiados se ha tenido en cuenta desde el pasado 15 de abril, según el PIB del país, la población, la tasa de paro y los esfuerzos emprendidos en el pasado, con un peso mayor a los dos primeros varemos (un 40%) que los dos últimos (10%), cómputo que Madrid criticó.
La segunda propuesta de la Comisión, que a diferencia de la anterior, tiene carácter voluntario, aspira a realojar a 20.000 personas provenientes del norte de África y Oriente Medio. Un plan que de momento no es obligatorio porque, tal y como ha admitido el comisario de Asuntos de Interior, Dimitris Avramopoulos, «sería difícil que lo aceptaran los Estados». El presupuesto de este plan sería de 50 millones de euros para los próximos dos años. Con estas cifras, España sería uno de los países que más refugiados recibiría, junto con Francia, Polonia y Alemania. Pero todavía queda un paso más, los Estados miembros tendrán que votar si están de acuerdo.
La propuesta, muy controvertida y criticada por Francia, Hungría, República Checa y algunos países bálticos, podría tener dificultades para pasar el filtro: se votará por mayoría cualificada, esto significa que tendrá que estar a favor el 55% de los estados que sumen el 65% del total de la población. Otro de los países más críticos, el Reino Unido, no participará puesto que cuenta con una cláusula que no le obliga a acoger, tampoco Irlanda ni Dinamarca.
La propuesta de ayer también engloba otros capítulos como el reforzamiento de la operación de vigilancia marítima Tritón, que con un nuevo presupuesto de 9 millones de euros mensuales, podrá patrullar más al sur del Mediterráneo, en la zona donde se encuentra Malta, adentrándose así en el territorio que vigilaba la anterior operación italiana Mare Nostrum.
Paralelamente, en la lucha contra los traficantes de personas, la UE está intentando recibir el apoyo de la ONU para poder eliminar los barcos utilizados para transportar a personas. Sobre esta cuestión, el Secretario General de la ONU, Ban-Ki Moon, que se encontraba hoy de visita en la capital comunitaria, ha manifestado su malestar. «Debe de haber otras formas», ha dicho.
«En el caso de destruir barcos, podría llegar en última instancia, a privar a la gente de sus medios de subsistencia, que ya de por sí son muy limitados», ha explicado Ban. La Organización Internacional de las Migraciones ha alertado varias veces de que si se eliminan los barcos en la costa de Libia podrían acabar con el único modo de subsistencia de la población, mucha veces empujada a alquilar sus barcos a las mafias para subsistir, especialmente tras la guerra civil y por el clima de desgobierno que reina en el país.