Bielorrusia podría cortar de nuevo el gas a Europa si Gazprom no salda su deuda en 24 horas

El presidente de Bielorrusia, Alexander Lukashenko, ha dado un ultimátum de 24 horas a Rusia, si Gazprom no salda la deuda correspondiente a los derechos de tránsito del gas ruso hacia Europa por territorio bielorruso ordenará el corte del suministro.

La deuda que reclama Bielorrusia es de 32 millones de euros, mientras que la compañía Gazprom, que tiene el monopolio de gas ruso, dice que ha pagado unos 185 millones de euros por el tránsito del gas hacia Europa, según refleja el contrato suscrito por ambas partes.

Un buen lío, porque Minsk reconoce que ha cobrado esa cantidad pero dice que no cubre la totalidad de la deuda.

mapa de la red de distribución de Gazprom
Foto:Gazprom

Europa podría quedarse de nuevo sin el gas ruso que recibe a través de las infraestructuras que pasan por Bielorrusia. La amenaza incluye, el corte del gas y del crudo. Lukashenko ha dado un plazo de 24 horas para saldar la totalidad de la deuda. El portavoz de la empresa rusa ha dicho que según «el contrato vigente, Gazprom no debe nada a Bielorrusia.»

Por su parte la Unión Europea dice no tener ninguna noticia y que no ha recibido confirmación de alteraciones en el suministro por ninguna de las dos partes.

Al parecer, la discrepancia está en que si se aplica la tarifa de 2008, de 1,45 dólares por cada 1.000 metros cúbicos de gas y 100 kilómetros de distancia la deuda estaría saldada. Pero Bielorrusia insiste en que la tarifa de 2009 es de 1,88 dólares que habría hecho aumentar la factura en 32 millones de euros.

Por el momento el suministro se hace con toda normalidad desde hace dos días. Por Bielorrusia pasa cerca del 20% del gas que Rusia exporta a Europa, unos 70 millones de toneladas de crudo anuales además de unos 6 millones de toneladas para su consumo interno.

Esta nueva crisis del gas estalla mientras Rusia, Bielorrusia y Kazajistán preparan una unión aduanera en la que el presidente bielorruso reclama la suspensión mutua de los aranceles de hidrocarburos, a la que se opone el Kremlin.