«La indignación que preconizo es la que debe expresarse cuando hay violación de valores fundamentales», decía Stéphane F. Hessel hace año y medio. Hacía esa precisión en una entrevista con Jean-Claude Matgen, del diario La Libre Belgique. Y precisaba: «No es la indignación de los populistas, de los xenófobos y de los nacionalistas. La indignación sólo se justifica cuando conlleva valores fundamentales que sean maltratados, como la apertura de nuestros países (europeos) hacia los que escapan de la miseria.»
Poco después de que se iniciara el Año Nuevo Chino, el Papa Benedicto XVI (Sumo Pontífice, Pontifex Maximus, título anterior a los césares), sorprendió a todos, creyentes y distantes de diversa índole. Anunció su retirada, abdicación o dimisión, en latín, lo que me parece extraordinario.
Las redes imaginarias, según Appadurai
El pensador y antropólogo indio Arjun Appadurai cree que la imaginación planetaria fluye a velocidad de vértigo –irremediablemente- y potencia hoy la vitalidad de las minorías en los campos mediático, étnico, tecnológico, financiero y en el terreno de las ideas. Dice que la minoría tamil de Sri Lanka es un caso señalado de población minoritaria que –extendida por todo el planeta- se mantiene hoy en contacto muy estrecho, sin circunscribirse al territorio originario; pero refiriéndose siempre a él.La implosión de las identidades en el siglo XXI
La guerra fría pareció congelar la geo-estrategia y las ideologías; también los conflictos étnicos y culturales. Explotaron tras la caída del muro de Berlín. A la perestroika siguió la implosión de la URSS. La onda expansiva rebasó todas las Europas, alcanzó África, que revivió conflictos olvidados donde recordábamos Katanga (de algún modo aquel horror continúa) y Biafra (antecedente de los conflictos nigerianos). En América Latina, ....
«Ir-vos-ao caralho! Filhos de puta!» La madre de Américo, «el portugués», salía para insultarnos. Eran días de dictadura, tiempos de salvajismo, represión, pobreza y barbarie generalizadas. «Verás como habla, qué risa», me dijo la primera vez alguien. Algunos fingían equivocarse ..... El autor del artículo hace un repaso a las minorías en diferentes regiones del mundo y sus reivindicaciones culturales-nacionalistas.
«Porque escribo bien», dijo el tipo con satisfacción. Era media tarde y yo estaba en el legendario Café Comercial (de Madrid), leyendo un par de periódicos (de papel, claro). Me llegaba la conversación de la mesa de al lado. Eran dos chicas jóvenes y tres mozos. El joven satisfecho, según aclaró, acababa de encontrar trabajo (a la pieza o por contrato verdadero, no sé). Su tarea: asumir la personalidad de una cantante conocida (pude saber quién) en Facebook y Twitter. Es decir, lo que antes –no sé si ahora también- se llamaba en el mundo literario «un negro»; es decir, quien escribe en la sombra para otro que es quien firma y asume públicamente el texto.
Según Reporteros Sin Fronteras (RSF), el número de periodistas asesinados en 2012 subió un 33 % con respecto al año anterior. RSF da la cifra de 88 periodistas fallecidos violentamente por ejercer su oficio. Esa ONG internacional señala que otros 47 ciudadanos que utilizaban la Red para informar, aunque no fueran profesionales de la información, también perdieron la vida por hacerlo.