Se está volviendo cada vez más peligroso ser mujer, egipcia o extranjera, en la plaza Tahrir de El Cairo, cuna de la revuelta popular de enero de 2011. En las últimas semanas se vienen sucediendo agresiones de caracter sexual, coincidiendo con la proximidad de las nuevas elecciones presidenciales. Tras una primera vuelta en la que no hubo un claro vencedor y días después de que el tribunal supremo haya disuelto el parlamento y permita la candidatura del antiguo primer ministro del expresidente Mubarak, el ambiente en la plaza se está haciendo irrespirable.
Si la cadena perpetua dictada contra el expresidente Hosni Mubarak y uno de sus allegados pretendió calmar a la población de Egipto, todo indica que ha fracasado con rotundo éxito.
Poco después de conocerse el fallo el pasado sábado, decenas de miles de egipcios de todo el espectro político tomaron las calles de numerosas ciudades para expresar su malestar por lo que entienden fue una sentencia benigna.El expresidente egipcio Hosni Mubarak y su exministro de Interior, Habib El-Adli han sido condenados a cadena perpetua por «cometer crímenes premeditados» al ordenar disparar contra los manifestantes que protestaban contra su régimen. Los dos hijos del exlíder egipcio han sido acusados de corrupción y despilfarro. Mubarak, es el primer líder árabe que ha sido juzgado y condenado por su propio pueblo que vive pendiente de la segunda vuelta en las urnas para elegir nuevo presidente.