Han hecho falta 22 años para levantar lo que las bombas destrozaron en apenas unas horas en la madrugada del 26 de agosto de 1992: la fastuosa biblioteca de Sarajevo, una víctima de incalculable valor de la guerra de Bosnia. Emblema del crisol cultural del país y de la guerra misma, fue arrasada por un catedrático de literatura. Ahora ha sido reconstruida, con la ayuda de fondos de la Unión Europea y una importante aportación del emirato de Qatar y reabierta como sede del ayuntamiento.
Se dice que el siglo XX empieza en Sarajevo, con el atentado que desencadenó una guerra en la que murieron 10 millones de personas y que transformó y sacó lo peor de Europa y termina en la misma ciudad, en 1993, esta vez en una Sarajevo en estado de sitio, bajo las bombas del ejército serbiobosnio, ante los ojos de una Europa que mira hacia otro lado. El recuerdo a Gavril Princip y la conspiración para matar al archiduque siguen siendo muestra de las discrepancias de los pueblos bosnios, por eso, cada entidad muestra su versión de la historia.
Casi 20 años después del genocidio de Srebrenica, el Estado holandés ha sido declarado culpable, por un tribunal de la Haya, de la deportación y muerte de 300 musulmanes varones de esta localidad bosnia, de mayoría musulmana (bosnios), masacrada por tropas serbias del 11 al 22 de julio de 1995. Proclamada zona segura por la ONU, los civiles de Srebrenica debían estar protegidos por un destacamento de Cascos Azules holandeses.
Con la firma de sendos acuerdos de asociación ,Ucrania, Moldavia y Georgia están más cerca de la Unión Europea. Han dado un paso hacia la integración en una Europa que nunca ha estado tan vinculada con sus vecinos del este, a pesar del recelo de Rusia. Los tratados se asientan sobre tres pilares: cooperación en una amplia variedad de temas (educación, ciencia, cultura, sociedad,etc.), diálogo político y comercio.
Chipre es el país europeo con mejor relación entre sus vecinos y Alemania el peor valorado. Son los datos que se desprenden de diversos estudios sobre bienestar social llevados a cabo por Eurostat y Eurobarometer. Ahora, la oficina de estadística nacional del Reino Unido (ONS) pone de relieve estas referencias para comparar las cifras británicas con las de la media europea.