Tras haber alcanzado un notable éxito en la reducción del hambre, Europa debe ahora afrontar el reto de que los alimentos aseguren algo más que la supervivencia, y permitan una vida saludable.
José Graziano da Silva
Los próximos 15 años serán decisivos para el futuro de nuestro planeta. Durante este período, nos enfrentaremos a algunos de los mayores desafíos del siglo XXI, en medio de una transición continua y profunda en la economía global.En el último medio siglo, los estilos de vida han cambiado radicalmente. La esperanza de vida ha aumentado casi por doquier, pero ha venido acompañada de un incremento de las llamadas enfermedades no transmisibles (como las cardiovasculares, las respiratorias, el cáncer o la diabetes), que cada vez provocan más muertes en todo el mundo.
Roma, (IPS) - La volatilidad de los precios de los alimentos de los últimos años impuso un sentido de urgencia que resultó inspirador de acciones colectivas para minimizar peligros de nuevas subidas y alteraciones del abastecimiento alimentario.
Ahora que los precios internacionales están cayendo y los mercados están más calmados, es tiempo de que los países saquen provecho de la situación para hacer frente a las causas profundas de la volatilidad.
En todo el mundo, pero especialmente en las regiones más pobres del planeta, las mujeres representan una fuerza viva que se renueva a diario, a veces enfrentando todo tipo de adversidades. Las mujeres rurales, por ejemplo, constituyen el 43 por ciento de la fuerza laboral agrícola en los países en desarrollo. Combatir el hambre es algo que hacen cada día.