El resultado del referendum de ayer no puede estar más claro. Una aplastante mayoría de ciudadanos griegos ha rechazado la propuesta de aceptar más políticas de austeridad si no se debate la sostenibilidad de su deuda a largo plazo. Pero ¿propicia esto el llegar a un posible acuerdo? No lo creo, pero al estar agotándose el tiempo rápidamente, al menos se ha forzado la toma de decisiones en los próximos días.
El pueblo griego debe tomar este domingo una decisión trascendental, aunque me temo que este referendum no resolverá el problema, sea cual sea el resultado. Lo que sí está claro es que habrá dos víctimas: la propia Grecia y la integración europea. Permítanme que me explique.