El artista mexicano Carlos Ranc rescata los viejos procedimientos de diseño de las portadas de los libros para elaborar un diálogo entre la literatura y las bellas artes
En 1962, Joaquín Díez Canedo, un exiliado de la guerra civil española, fundó en México la editorial Joaquín Mortiz, en la que publicaron algunos de los autores más importantes de aquel país, como Octavio Paz, Carlos Fuentes, Salvador Elizondo o Ricardo Garibay, y también autores españoles prohibidos por la censura como Ramón Xirau, también exiliado en México.
El destino hizo nacer a Julio Cortázar en un barrio de Bruselas el 26 de agosto de 1914, hace ahora cien años. De ahí, tras el estallido de la Gran Guerra, su padre, funcionario de la embajada de Argentina en Bélgica, se trasladó con su familia a Barcelona, donde pasaron año y medio, y poco después a Buenos Aires, donde el escritor pasó toda su infancia y adolescencia y gran parte de su juventud. Después París fue su lugar preferido de residencia y a esta ciudad debe la inspiración de muchas de sus novelas.
Susana Fortes recrea en su última novela el amor clandestino entre el poeta Pedro Salinas y la estudiante Kaherine Whitmore. En vísperas de la guerra civil española, una joven estudiante norteamericana, Katherine Moore, llega a Madrid para ampliar sus estudios sobre literatura contemporánea. En la Residencia de Estudiantes traba amistad con uno de sus profesores, Álvaro López Ugarte, casado y 15 años mayor que ella, con el que llega a mantener un amor apasionado y clandestino que terminó en escándalo.
La obra de un fotógrafo es siempre en buena medida su propia autobiografía y en ocasiones hasta su autorretrato, sin necesidad de que el artista se fotografíe a sí mismo. Es lo que ocurre con las fotografías de Alberto García-Alix (León, 1956), que muestran su lado humano y sus preocupaciones, sus obsesiones y hasta sus sueños. Por eso la exposición que puede verse estos días en el Círculo de Bellas Artes de Madrid, titulada «Autorretrato» es algo más que una evolución física del personaje se trata de una mirada transversal y poliédrica a la vida y a la obra de uno de los fotógrafos más valiosos del actual panorama de la fotografía española.
El 28 de julio de 2014 se cumple un siglo desde que en 1914 Austria-Hungría decidiera la invasión de Serbia y con ello el comienzo de la Primera Guerra Mundial. Justo un mes antes se había producido el acontecimiento que desató la contieUna novela: la risa de kafka nda, el asesinato en Sarajevo del archiduque Francisco Fernando, heredero al trono del Imperio Austro-húngaro, y de su esposa Sofía Chotek, a manos de Gavrilo Princip, un terrorista serbobosnio.
Bresson dejó a la posteridad algunas de las fotografías más importantes del siglo XX, muchas de las cuales pueden verse ahora en una gran exposición que la sala Mapfre dedica a su obra.
Para hacerlas recorrió todos los continentes, fue testigo de acontecimientos trascendentales de la historia y creó un periodismo que alguien calificó como «líricamente informativo», un estilo que acercó más que ningún otro el fotoperiodismo al arte.
Una exposición en el Museo del Prado, conmemorativa de los 400 años de la muerte del Greco, pone de manifiesto su influencia en los movimientos artísticos de los siglos XIX y XX. La primera imagen que contempla el visitante a esta exposición es la de dos cuadros cuya visión remite a una asociación inmediata entre ellos. Uno es «La Anunciación», pintada por el Greco entre 1600 y 1603, y el otro es «Cristo muerto con ángeles», que Édouard Manet pintó en 1864.