Dice Ignacio Sotelo en el prólogo a las obras completas de Günter Grass publicadas por Galaxia Gutenberg que, de no haber triunfado como escritor, sus talentos diversos le hubieran permitido biografías muy distintas, todas ellas exitosas.
Cuando Gabriel García Márquez escribía los reportajes que conforman «Relato de un náufrago» para «El Espectador» de Bogotá, el director del periódico, Gabriel Cano, preguntó al reportero: «¿Eso que está usted escribiendo es novela o es verdad?». García Márquez respondió: «Es novela porque es verdad».
Un año decisivo: 1925. Entre los meses de abril y octubre se celebró en París una exposición internacional de artes decorativas con el fin de recuperar en todo el mundo la primacía de los productos de la industria francesa en este campo. La iniciativa había nacido en 1910, pero diversas vicisitudes, entre ellas la Primera Guerra Mundial (1914-18), fueron retrasando la organización del evento.
Se muestran juntos por primera vez los tres mejores cuadros del artista flamenco
La primera vez que visité el Museo del Prado, al pasar por delante del «Descendimiento» de Rogier van der Weyden, el profesor de «Historia del Arte» que nos acompañaba al grupo de adolescentes que aterrizábamos en Madrid como excursionistas de un instituto de Galicia, nos dijo: «Fijaos bien en este cuadro porque es el mejor de todo el museo».Francisco R. Pastoriza
Antes de la llegada de la imprenta en el siglo XV, el hombre escribió a mano durante cinco mil años, cincuenta siglos en los que se extinguieron sesenta imperios y se sucedieron más de veinte civilizaciones. Gracias a la escritura hemos tenido conocimiento de muchos de ellos y conservamos la memoria de lo que ocurrió a lo largo de la historia.Procedente del Musée D'Orsay llega a Madrid una gran exposición de la pintura académica francesa del siglo XIX. De la misma manera que el romanticismo se opuso en su momento a la rigidez formal del clasicismo, a finales del XIX surgió una nueva actitud realista como reacción a los abusos del idealismo romántico, esta vez teniendo como fuente de inspiración la naturaleza y como objetivo la fidelidad a la realidad.
La sala de la Fundación Juan March de Madrid acostumbra a organizar periódicamente pequeñas muestras con pocas obras de grandes creadores, lo que en el mundo del arte se conoce como «muestras de gabinete». Estos días se puede visitar bajo el título «Tres escultores ingleses (1952-1982)», una exposición que reúne unas cuantas obras de tres de los escultores más importantes del siglo XX: Henry Moore, Barbara Hepworth y Anthony Caro.