En la conferencia de alto nivel celebrada en Bruselas «La meta de la pobreza Europa 2020: lecciones aprendidas y perspectivas de futuro» para evaluar las posibilidades de que se cumplan los objetivos fijados en la Estrategia Europa 2020 hace cuatro años, se ha constatado que en lugar de avanzar se ha retrocedido.
A la conferencia han asistido más de 200 representantes de países de la UE, responsables de alto nivel de políticas, interlocutores sociales, sociedad civil, académicos, empresarios y actores sociales clave en las instituciones de la UE. Se ha tratado como punto de partida la exacerbada presión que ejerce la crisis económica sobre los sectores más débiles, que están sufriendo los mayores efectos en materia de pobreza y desigualdad.
Aquellos países que reformaron sus sistemas de bienestar, han experimentado un impacto social menor que el resto de estados. Por ello, los participantes han hecho hincapié en la necesidad de desarrollar mecanismos de supervisión, para detectar desarrollos sociales negativos y así actuar antes de que estas situaciones sean extremas.
En el año 2012, el número de personas en riesgo de pobreza o exclusión social en la UE era de 124,5 millones, el 24,8% de la población. Se trata de 6,4 millones de personas más que en 2010. En 2 años la tasa de riesgo de pobreza aumentó en 0,4 puntos porcentuales de media en la UE, de una manera desigual entre países.
Algunos participantes en la conferencia han resaltado que las medidas que se han tomado durante estos años solo han combatido la crisis a corto plazo, por lo que es necesario aplicar reformas estructurales. También, han insistido en la necesidad de un nuevo impulso para reducir la pobreza reforzando los sistemas de bienestar mediante el paquete de inversiones sociales.
László Andor, comisario de Empleo, Asuntos Sociales e Inclusión ha dicho que los ingresos de los accionistas y empresarios han aumentado en mayor medida que los sueldos de los trabajadores. Los primeros «tienen expectativas legítimas de recibir un mayor retorno de sus inversiones, pero también las tienen los trabajadores con respecto a sus salarios, que contrariamente a las ganancias, han caído en muchas partes de la UE».
También ha defendido la importancia de la seguridad social en los Estados miembros asegurando que «sin protección social casi la mitad de los europeos estaría viviendo en la pobreza». Sin embargo, las tres funciones principales de las políticas de bienestar -inversión, estabilización automática y protección– se han debilitado debido a las restricciones fiscales y prolongada recesión que sufre la UE.
Andor ha instado a los Estados miembros a mejorar sus sistemas de bienestar social, establecer objetivos más ambiciosos para reducir el número de personas en riesgo de pobreza o exclusión social, utilizar los fondos de la UE previstos para esas personas y garantizar así que los objetivos fijados en 2010 se pueden alcanzar todavía.
En 2009, la Comisión Europea puso de relieve que, en la última década, había muchas personas sin trabajo y constataba que conseguir un empleo no es necesariamente suficiente para escapar de la pobreza. Para atajar ese problema, sobre la base de una propuesta de la Comisión, los Jefes de Estado y de Gobierno de la UE se comprometieron en junio de 2010 al ambicioso objetivo de reducir la pobreza y la exclusión social en 20 millones de personas para 2020, como parte de la Estrategia Europa 2020 .