Marine Le Pen, que está empeñada en lavarle la cara a su formación, no puede controlar a su padre Jean-Marie Le Pen de 86 años fundador del partido que ella preside en la actualidad.
El ultraderechista ha dicho este viernes que su hija Marine, está «dinamitando su propia formación» al pedir su dimisión. «No soy yo, es ella la que se está suicidando, se está pegando un tiro en el pie», ha dicho a la radio RTL, añadiendo que está «atónito» ante la reacción de su hija. Y asegurando «Me defenderé» y «probablemente atacaré».
Marine Le Pen asumió en 2011 la presidencia del FN y desde entonces trata de dar una imagen más moderada del partido, sobre todo no quiere que se le asocie con el antisemitismo.
Pero la familia Le Pen es un poco peculiar. Hace ya mucho tiempo que se presentaban como una familia unida. Después vino el divorcio violento del patriarca en 1987, que terminó con ocho páginas en la revista Playboy en las que su ex mujer, Pierrette, posaba desnuda.
Después, su hija mayor casada con un responsable disidente del FN se puso de parte de su marido y Jean-Marie Le Pen la apartó de forma inmediata.
Su segunda hija es la madre de la joven promesa del Frente Nacional, Marion Maréchal Le Pen, diputada desde 2012, de quien su abuelo se muestra orgulloso. Aunque ella también se ha mostrado molesta con las declaraciones de su abuelo.
Con Marine, «el perfecto clon de su padre» según Pierrette, la historia es de amor odio. Ella trata de hacer más amable la imagen del partido y su padre no hace más que provocar. Hasta el pasado otoño ha vivido en la señorial casa familiar cerca de París. Se mudó porque uno de los perros de su padre atacó a su gato. Una trama de culebrón televisivo.