Mariann Fischer Boel, comisaria de Agricultura y pesca no repetirá en la próxima legislatura. Fue nombrada por Barroso en 2004 y ha sido polémica desde el principio de su mandato. Su marido es propietario de una explotación agrícola que recibe ayudas de la UE.
Fischer Boel ha impulsado reformas de mercados importantes para España como el del azúcar o el vino o la modificación del mercado de frutas y hortalizas. Ha protagonizado trifulcas sonadas como cuando estuvo dispuesta a que la UE obligara a Austria y Hungría a cultivar maíz transgénico de la empresa estadounidense Monsanto o la más próxima con los ganaderos, que regaron los campos europeos con la leche que no conseguían vender a un precio razonable.
Se ha declarado como una liberal «orgullosa» de serlo y ha dejado claro a quienes la califican de «ultraconservadora» que no lo «dejaría todo en manos del mercado».
Durante el debate sobre el futuro de la PAC más allá de 2013, dijo que la UE debe «potenciar la producción agrícola» comunitaria en los próximos años. Según los informes a los que hizo referencia, para 2050 la UE debería incrementar su producción agrícola entre un 70 % y un 100 %.