Para el Gobierno español, según su ministro de Interior, la concertina es «un método pasivo y no agresivo y disuasorio» una opinión que ha trasladado a la comisaria de Interior.
A su llegada este jueves al Consejo de Interior, Fernández Díaz, dijo haber hablado con la comisaria Malmström de los alambres con cuchillas que rematan el muro entre Melilla y Marruecos y ha señalado que «estamos dispuestos, como no puede ser de otra manera, si se nos acredita que fuera así (contrario a la legislación comunitaria), a reconsiderarlo.
Aclaró que «ni se nos ha acreditado que haya un sistema mejor que resulte igual de eficaz, ni al mismo tiempo que esté violando ninguna legislación comunitaria.»
Por su parte la comisaria Cecilia Malmström, considera que las concertinas no disuaden a las personas de buscar una vida mejor y ha pedido a las autoridades españolas que vigilen atentamente el asunto.
Esta semana la comisaria ha viajado a Atenas para tratar con las autoridades griegas precisamente de las políticas migratorias y de asuntos internos de cara a la presidencia de turno de la UE, que el gobierno griego debe asumir el 1 de enero. Allí dijo en rueda de prensa que las considera inútiles. No cree que las concertinas instaladas en la valla de Melilla sirvan para prevenir la entrada de inmigrantes.
«Las cuchillas en la valla de Melilla han estado ahí antes y ahora se han vuelto a poner (...). La última vez que estuvieron no impidieron a la gente entrar, sino que entraron y además sufrieron heridas», dijo Malmström, que reconoció que los Estados miembros son los que deciden cómo proteger sus fronteras, aunque dentro de «ciertos límites».
En su opinión los muros y vallas, como los que hay en las fronteras de España, Grecia o Bulgaria, no han impedido «por sí mismos» a los inmigrantes traspasar las fronteras.