Dice la ONU que una de cada siete mujeres que ejerce la prostitución lo hace forzada por las mafias y calcula que en Europa Occidental son 140.000 las mujeres explotadas sexualmente.
La historia es conocida y no cambia. Las mujeres son captadas con promesas de trabajo, matrimonio o hasta concursos de belleza. Pagan una cantidad por salir de su país y cuando lo hacen y descubren el engaño son amenazadas, chantajeadas, torturadas o violadas y entran en el círculo de la prostitución para devolver la deuda o evitar abusos a ellas mismas o sus familiares.
El negocio aumenta cada año en un 50% y genera beneficios de más de 2.500 millones de euros anuales. La mayoría de las bandas de traficantes son pequeñas y formadas por hombres, pero cada vez son más las mujeres que participan en el tráfico de personas, porque suelen más efectivas a la hora de reclutar a otras mujeres, generalmente de su mismo país.
La Oficina de Naciones Unidas contra el Crimen y el Delito (UNODC) ha dado a conocer el informe en Madrid junto a la ministra de Igualdad, Bibiana Aido, y a las actrices Mira Sorvino y Belén Rueda. También se ha presentado la campaña Corazón Azul, para concienciar a los gobiernos a actuar más efectivamente contra este tipo de delitos y a los ciudadanos y a los medios de comunicación de la gravedad del caso.
«Los europeos piensan que la esclavitud fue abolida hace siglos. Pero miren a su alrededor: los esclavos están entre nosotros», dijo el director ejecutivo de la UNODC, Antonio María Costa.
Según los cálculos de la ONU, la mitad de las mujeres explotadas sexualmente en Europa Occidental llegan desde los países balcánicos o antiguas repúblicas de la Unión Soviética, un 13% de América, 7% de Europa Central y 5% de África.
Y otro dato: en España, el 39% de los hombres reconocen haber pagado por servicios sexuales, una cifra muy superior a la de otros países europeos, en Suiza, un 19% o en Suecia, un 13%. euroXpress