Para Meier la existencia de los paraísos es «un crimen contra la humanidad» ya que las grandes empresas transnacionales evaden el 70% del dinero que se desvía a esos centros financieros y con ese dinero, ha dicho, «se podría resolver la alimentación, la salud, la educación y el bienestar de la gente».
Meier ha criticado a las instituciones de la UE que nunca hayan hecho nada para acabar con ellos, porque «las grandes fortunas forman parte del sistema». El coordinador federal de IU, Cayo Lara, que le ha acompañado en el acto de Nueva Economía Fórum en Madrid, ha dicho que «es públicamente conocido» que «un numeroso grupo de grandes sociedades españolas, entre las que se encuentran las más relevantes del IBEX 35, aprovechando la excesivamente laxa y permisiva legislación española y comunitaria para los intereses financieros, recurren de manera constante a la emisión de instrumentos financieros desde paraísos fiscales, entre los que destaca Luxemburgo». En ese sentido el presidente del Sindicato de Técnicos del Ministerio de Hacienda (Gestha), Carlos Cruzado, ha señalado que «el 100 por cien de las empresas del IBEX 35 tienen filiales en paraísos fiscales».
El número 1 de la candidatura de la Izquierda Europea en España, ha denunciado lo que considera una «grave déficit democrático de Europa», porque en su opinión existe una gran coalición real de izquierda y derecha, no solo en las instituciones europeas, sino también en varios países comenzando por Alemania, donde Angela Merkel mantiene un acuerdo de gobierno con los socialdemócratas. En el Parlamento, ha dicho, «2 de cada 3 veces han votado lo mismo». «La democracia europea se parece cada vez más al bipartidismo estadounidense, donde los ciudadanos participan cada vez menos en política».
En relación a la extrema derecha, el candidato comunista, ha lanzado una señal de alarma al decir «no es que vengan, es que ya están en los escaños nacionales». Otro de los temas que ha criticado es la incapacidad de la UE de mantener un trabajo conjunto con el Mediterráneo sur, donde la desestabilización de Egipto y Libia, principalmente, «han demostrado que la política de vecindad de la UE ha fracasado».