Cuestas que hay que subir dejando la piel en cada pedalada, bajadas peligrosas en las que la frialdad y el valor acompañan al ciclista como si formaran parte de él...Y lluvia, las carreteras estrechas, peligrosas, mal asfaltadas, algo de niebla, poca visibilidad y, en fin, por momentos sensación de que los corredores lo estaban pasando realmente mal y que el peligro no era sólo una palabra, dan fe de esta etapa, la número quince, en la que el sacrificio, el esfuerzo (todo limpio y a cara descubierta) y el amor propio fueron protagonistas espectaculares desde la salida a la llegada, donde esperaba, como un amigo, el descanso, el alivio.
El ciclismo, cuando la entrega es tan descarnada, nos da una lección de cómo hay que luchar: sin descanso, hasta caer o seguir o vencer. Pero nunca, nunca, parar.
Fugas y fugas...y, finalmente, una más que meritoria victoria del francés Alexandre Geniez.
Así queda la clasificación general individual (ninguno de los favoritos fue quien para lograr algo positivo en esta etapa; etapa reina de la Vuelta, los Pirineos):
1 Vincenzo Nibali (ITA) Astana 60:20:21
2 Chris Horner (USA) RadioShack +50
3 Alejandro Valverde (ESP) Movistar +1:42
4 Joaquim Rodríguez (ESP) Katyusha +2:57