Una nueva encuesta de Eurostat, la oficina de estadística de la UE, sobre calidad de vida en las ciudades europeas revela, como es lógico, una gran diferencia entre ellas. El comisario de política regional, Johannes Hahn, opina que «es vital conocer la opinión de los ciudadanos respecto a los sectores en los que se ha progresado y en qué otros se debería hacer mejoras». Teniendo en cuenta que las tres cuartas partes de la población europea vive en las ciudades y que estas tienen un gran poder de atracción es importante conocer cual es el grado de satisfacción de sus habitantes.
En lo que respecta a salud, los que viven en las ciudades del nor-oeste están muy satisfechos con sus servicios médicos, no ocurre lo mismo en las ciudades del sur y del este.
La opinión sobre el transporte público varía mucho de unas ciudades a otras. En las ciudades muy grandes su problema es la duración del trayecto hasta el lugar de trabajo o el centro de estudios. En Ámsterdam, por ejemplo, el 48% de los encuestados va al trabajo a pie o en bicicleta, mientras que en las ciudades griegas, españolas o italianas, las dos ruedas se sustituyen por las cuatro del vehículo particular.
Solamente en seis ciudades Estocolmo, Copenhague, Praga, Munich, Ámsterdam y Varsovia más de la mitad de los encuestados dicen que no es difícil encontrar un buen empleo. En cuanto a la vivienda, dos tercios de los preguntados dicen que es difícil encontrar casa por un precio razonable; los casos mas extremos son los de París el 96% y Roma el 88%.
Una gran proporción de los ciudadanos europeos, cree que en su ciudad se toman medidas contra el cambio climático y les parece grave la cuestión de la contaminación atmosférica.
La mayoría de los europeos ve la pobreza como uno de los problemas de sus ciudades, sobre todo en Riga, Budapest o Lisboa.
En cuanto a la seguridad, creen que las urbes en las que viven son seguras, aunque se encuentran más tranquilos en su barrio.
La presencia de inmigrantes o extranjeros les parece en general positiva, la mayor parte de los preguntados en 68 ciudades creen que esa presencia ha sido beneficiosa, aunque piensan que no están bien integrados.
Y por último, una gran mayoría opina que el Ayuntamiento de su ciudad no emplea todo lo bien que debiera el presupuesto.