La ONG, Global Footprint Network (GFN) calcula cada año el día en el que agotamos los recursos del planeta desde el agua potable a las materias primas que necesitamos para la alimentación, el vestido, los zapatos, o el dióxido de carbono que emitimos. El día en el que los bosques y los océanos no pueden absorber los gases de efecto invernadero. El día a partir del cual empezamos a vivir a crédito porque el planeta no puede regenerar los recursos al ritmo al que los gastamos. Es decir, cortamos árboles más rápidamente de lo que pueden crecer de nuevo o pescamos a un ritmo mayor del que necesitarían los mares para volver a poblarse Según los cálculos que ha hecho GFN, en este momento necesitaríamos el equivalente a 1,4 planetas para mantener nuestra forma de vida.
La humanidad sobrepasó por primera vez el punto de equilibrio ecológico en 1986, hasta entonces los recursos que se consumían y el dióxido de carbono que se producía llevaban un ritmo acorde con la capacidad del planeta. En 1996, se había aumentado la velocidad y se consumía un 15% por encima de lo que la Tierra podía suministrar. Ese año el día en el que se agotaron los recursos cayó en noviembre. Ahora le exigimos al planeta por encima del 40% de su capacidad y cuatro meses antes de que finalice el año hemos llegado al límite. A partir de ahora acumulamos deuda ecológica.