El acuerdo prevé la liberalización del comercio de todos los productos agroalimentarios, salvo aquellos que la UE considera importantes para el mantenimiento de la economía agrícola comunitaria como el tomate, pepino, calabacín, fresa, clementinas, ajo y azúcar, que no estarán liberalizados pero a los que se aumenta la cuota que Marruecos podrá vender a la Unión Europea.
El resto de los productos no tendrán límite de importación ni precios fijos de entrada.
El ponente del informe que recomendaba rechazar el acuerdo, el francés José Bové del grupo de los Verdes, entiende que la liberación de estos productos es una competencia injusta para los productores europeos de frutas y verduras. Denunciaba también en el informe los bajísimos salarios de los agricultores marroquíes y el hecho de que algunas de las zonas donde se cultivan son «casi desérticas» eso hace que se tenga que utilizar hasta 10 veces más agua de lo normal, ocasionando graves perjuicios para el medio ambiente.
Los eurodiputados admitieron una enmienda que propició que se aprobara el acuerdo con Marruecos por 23 votos a favor, cinco en contra y una abstención.
La Coordinadora de Organizaciones de Agricultores y Ganaderos (COAG) califica la decisión de «ataque frontal contra el tejido productivo hortofrutícola español». Por su parte Asaja-Andalucía insta a los dos partidos mayoritarios PP y PSOE a hacer campaña contra el acuerdo los días que quedan hasta el pleno del 15 de febrero para que no sea aprobado definitivamente.