En declaraciones a la televisión francesa, Villepin ha dicho, evocando a De Gaulle, que defiende «una cierta idea de Francia», abierta a la izquierda, la derecha y el centro, tras sentirse preocupado al ver a una Francia «humillada por la ley de los mercados que empujan a más y más austeridad».
Dominique de Villepin hizo su carrera política a la sombra del presidente Jacques Chirac y fue ministro de Exteriores, del Interior y primer ministro entre 2002 y 2007. Desde el gobierno destacó su oposición a la intervención francesa en la guerra de Irak. Para muchos observadores, su candidatura a las presidenciales servirá solo para restar votos a quien ha sido su enemigo personal en los últimos años, Nicolas Sarkozy.
Se enfrentó a él, dentro de la Unión por un Movimiento Popular (UMP) para concurrir a las elecciones de 2007 y ambos se vieron en los tribunales, en un oscuro caso de corrupción, por falsificación de listas bancarias, en el que presuntamente aparecía implicado el actual presidente, en el que finalmente Villepin fue absuelto.
Fundó después el partido República Solidaria, al que las encuestas no dan más de un 2% de votos, que se presenta con aspiraciones sociales y multiculturales. Se declara gaullista independiente y su espacio político coincide con el de Sarkozy.
Un sondeo publicado este domingo sobre los comicios presidenciales da la victoria al socialista François Hollande, con un 31,5% de los votos; un 26% a Sarkozy; un 13,5% a la ultraderechista Marine Le Pen; y un 13% al centrista François Bayrou. En una previsible segunda vuelta, los votos que arañe Villepin podrían ser cruciales para Sarkozy.