Los resultados «tienen que ser motivo de preocupación». El análisis sale paradójicamente de las filas del partido que en teoría ha ganado las elecciones. El alcalde de Lisboa, António Costa, se desmarcaba así de la lectura optimista realizada minutos antes por sus compañeros. «Toda la gente sabía que el Gobierno iba a perder pero nadie esperaba que el PS tuviese un resultado tan malo», resume el analista de Público Jõao Miguel Tavares.
Los socialistas van a Estrasburgo con ocho diputados (uno menos que hace cinco años, con el 31,5 por ciento de los votos), mientras que la coalición Alianza Portugal, que reúne a las dos formaciones que comparten el Ejecutivo, los conservadores del Partido Socialdemócrata (PSD) y la derecha del Centro Democrático Social – Partido Popular (CDS-PP), se queda en siete diputados (de los 10 de 2009, con el 27,7 por ciento de los votos).
La ciudadanía castiga al centro-derecha portugués a su manera. Los tres años de austeridad impuestos por la troika y que concluyeron el pasado 17 de mayo se saldan, coinciden los analistas, con una derrota dulce del Gobierno o, lo que es lo mismo, con una victoria amarga de la oposición. Y es que, si bien es cierto que entre el PSD y el CDS-PP no llegan al 28 por ciento de los votos (cuando hace cinco años la suma de los dos se disparó por encima del 40 por ciento), no es menos cierto que la diferencia con el PS es pírrica, muy por debajo de lo que vaticinaban los analistas y también de lo que hacía presagiar el contexto.
El líder de la coalición, presidente del PSD y primer ministro, Pedro Passos Coelho, ha asumido la derrota, pero recusando en todo momento consecuencias en el ámbito nacional. También ha suscrito la estabilidad del Ejecutivo el presidente del CDS, Paulo Portas. En clave interna los centristas son los grandes perjudicados de la coalición ya que sólo consiguen meter un nombre, el de Nuno Melo, en el Parlamento Europeo, pues su segundo candidato figuraba en el octavo lugar de la lista de Alianza Portugal.
La sorpresa electoral
La tercera fuerza con tres escaños es la Coalición Democrática Unitaria (CDU), que aglutina al Partido Comunista Portugués (PCP), al Partido Ecologista Los Verdes (PEV) y a Intervención Democrática (ID). La propuesta de izquierdas suma un eurodiputado más que en 2009, gracias al 12,7 por ciento de los votos. En boca de su líder, Jerónimo de Sousa, la CDU ha anunciado una moción de censura al Gobierno, dado el «desastre económico» que, según los comunistas, revelan las elecciones.
A su vera se sitúa la gran sorpresa de la noche electoral en la República Portuguesa: el Movimiento Partido de la Tierra (MPT). Con un programa de corte ambientalista y rural, el MPT consigue meter en la Eurocámara tanto a su cabeza de lista, el abogado y comentarista político António Marinho e Pinto, como a José Inácio Antunes Faria. Por su parte, el Bloque de Izquierda (BE) se tiene que conformar con que apenas Marisa Matias vaya a Estrasburgo.