A la espera de lo que pase en Londres, la oposición a Cameron controlará los ayuntamientos de ciudades importantes como Birmingham o Cardiff. Los comicios se han planteado como un test para el gobierno conservador y, según las proyecciones de voto, si se convocaran ahora elecciones generales en el Reino Unido, el 39 por ciento de los votos sería para los laboristas, el 31 por ciento para los «tories» y el 16 por ciento para el Partido Liberal Demócrata de Nick Clegg.
Cameron ha dicho que lamenta los resultados «por los concejales conservadores que han perdido sus escaños, claramente ante una difícil situación nacional. Estos son momentos difíciles y no hay respuestas fáciles». El líder del Partido Laborista, Ed Miliband, confirma optimista que su formación «se está ganando otra vez la confianza» de los votantes.