La firma del Rey Mohamed VI de Marruecos era el último cabo suelto que impedía a los pescadores europeos volver a faenar en el caladero alauí. Más de tres meses después de que Estrasburgo diera luz verde al protocolo de pesca entre la Unión Europea y Marruecos, y tras superar un complejo proceso legislativo, los pescadores ya pueden volver a tramitar sus licencias. El monarca dio el visto bueno al acuerdo a finales del mes de marzo y todo apunta a que la flota europea podrá regresar a aguas marroquíes este mes de abril.
La entrada en vigor «inminente», según la Comisión Europea en Rabat, del nuevo acuerdo, permitirá incrementar las posibilidades de pesca un 33% en los próximos cuatro años. En total se concederán 126 licencias para los once Estados miembros que pescan en la zona, frente a las 137 del antiguo protocolo. España será el país más beneficiado ya que 90 de esas licencias irán a parar a pescadores españoles, sobre todo andaluces y canarios.
El Ministerio de Agricultura, Alimentación y Medio Ambiente español, que se muestra «muy satisfecho con el acuerdo», calcula que en España beneficiará a más de 700 tripulantes, la mayoría pertenecientes a la flota artesanal. Fuentes del ministerio aseguran que se trata de «un acuerdo sostenible desde el punto de vista económico, social y medioambiental», que será positivo para ambas partes. Tras el visto bueno de Marruecos, la delegada del Gobierno en Andalucía, Carmen Crespo, también mostraba su satisfacción: «Se trata de un acuerdo fundamental para los intereses de los pescadores españoles y andaluces», aseguraba en una nota de prensa.
Los derechos del Sahara a debate
El Parlamento Europeo decidió en diciembre de 2011 anular de forma unilateral el anterior acuerdo, al entender que además de provocar la sobreexplotación de algunas especies, también contravenía el Derecho Internacional al interferir en los recursos de la población del Sahara Occidental. «El futuro protocolo debe beneficiar a todos los grupos de población locales afectados, incluida la población saharaui», aseguraba entonces el eurodiputado finlandés Carl Haglun (ALDE). Tras la suspensión, Marruecos ordenó expulsar de sus aguas a todos los barcos europeos.
Durante los dos años que ha durado la negociación del nuevo protocolo de pesca, la comunidad saharaui ha pedido insistentemente que sus aguas quedaran fuera, aunque finalmente el acuerdo seguirá permitiendo a los pescadores faenar en esa zona. «Hoy es un día triste para el pueblo saharaui», lamentaba Mohamed Sidati, ministro delegado para Europa del Frente Polisario, que considera que el acuerdo es «ilegal e injusto», porque entiende que el Sahara Occidental es un territorio autónomo y que por tanto, «no se pueden explotar sus recursos naturales sin la aceptación del pueblo saharaui».
Desde Bruselas aseguran sin embargo, que se exigirán pruebas periódicas que demuestren que la antigua colonia española se beneficia de las ayudas al empleo que el acuerdo proporciona a Marruecos. El texto establece una contrapartida económica de 40 millones de euros anuales para el reino alauí, y según cálculos de la Unión Europea, de los 1.500 tripulantes beneficiados, 500 serán marroquíes. Fuentes comunitarias recuerdan además que está prevista la suspensión del convenio si se detectara una vulneración de derechos fundamentales.
Los pescadores europeos, que llevan dos años apartados de la zona, están ahora a la espera de que se reúna una comisión mixta para determinar los detalles técnicos de las licencias. La flota española espera poder volver a faenar en aguas marroquíes a lo largo del mes de abril, aunque aseguran que lo más importante será comprobar que tras dos años sin regulación, la zona sigue siendo un caladero rentable.