«Ellos son unánimes en su odio hacia mí, y yo doy la bienvenida a su odio». Con esta frase prestada de Franklin D. Roosevelt, el ministro de Finanzas de Grecia mostró su malestar con las negociaciones del Eurogrupo en Riga. El polémico tuit lo escribió el pasado 26 de abril. Yanis Varoufakis ha vuelto a hablar. Esta vez ante la prensa alemana y también sin matices.
«Yo soy quien lleva la voz cantante. Todavía estoy a cargo de las negociones con el Eurogrupo y tengo el apoyo de los ministros», ha declarado en una entrevista publicada por la versión online del periódico alemán Die Zeit. Varoufakis niega que el primer ministro griego, Alexis Tsipras, le haya apartado del equipo negociador, como se ha publicado. «Tenemos un grupo de ministros y de otras personas del Gobierno que trabajan a mi lado desde hace semanas. Soy el que preside dicho grupo, que está sujeto a lo que yo diga. Yo tomo las decisiones», añade.
El mediático ministro de Finanzas también ha defendido sus gestiones con la Unión Europea: «Creo que no hay nadie que haya trabajado más duro en los últimos meses para encontrar un acuerdo con nuestros socios europeos. El único problema es que nuestras propuestas de reforma no han sido realmente discutidas por las instituciones, que a su vez no han ofrecido alternativas».
Lo que parece claro es que queda poco tiempo y las conversaciones entre los Veintiocho, como las celebradas en Estonia hace unos días, no avanzan. El tiempo apremia porque el Gobierno heleno, que ha manifestado tener problemas de liquidez, debe afrontar un pago al Fondo Monetario Internacional el próximo 12 de mayo de 744 millones de euros.
El político heleno considera que, pese a las «duras negociaciones», existe un ambiente de cooperación. «Lo que está pasando es lógico porque somos el primer Gobierno griego que cuestiona las políticas de austeridad. Es evidente que nos hemos encontrado con una gran resistencia dentro del Eurogrupo», subraya en dicha entrevista, en la que además de insistir en que no se siente aislado, arremete contra los medios de comunicación: «Es muy triste que varios medios digan cosas que no han sucedido. Una prueba más de los bajos estándares periodísticos».
Varoufakis lamenta la situación griega, sentimiento que entiende compartido por el resto de compañeros europeos: «Puede ser que a los otros ministros no les guste la posición de Grecia, que después de cinco años siga estando en crisis, pero hay que tratarlo de una forma racional. Nosotros estamos mucho más frustrados de que la crisis de nuestro país no se haya acabado todavía», asegura al Die Zeit.
Referéndum y amnistía fiscal
También el primer ministro ha hablado recientemente, en este caso en el canal de televisión privado Star, donde Tsipras ha puesto sobre la mesa la posibilidad de realizar un referéndum, «para que sea el pueblo el que se pronuncie», en el caso de que sigan estancadas las conversaciones con la Unión Europea y la troika. Están en juego los 7.200 millones de euros del último tramo del rescate. «No tengo derecho a decidir por el pueblo griego si las negociaciones llegan a un punto en que no se correspondan con el mandato», ha apuntado el líder de Syriza (Coalición de la Izquierda Radical), que aun así se muestra confiado en que se llegue a un acuerdo. En antena, el primer ministro mostró su apoyo a Varoufakis, de quien dijo que es «un gran activo».
La última medida anunciada por el Gobierno griego para recaudar fondos es una amnistía fiscal para aquellos ciudadanos y ciudadanas que declaren depósitos en el extranjero, lo que ha despertado una gran polémica. Las personas que se acojan a este plan deberán pagar un impuesto de entre el 15 y el 20 por ciento sobre los fondos que declaren; por su parte, a quienes no se acojan voluntariamente y sean luego descubiertos se les aplicará un impuesto del 46 por ciento además de una multa. Para poner en marcha esta propuesta, Grecia y Suiza tienen pensado firmar un acuerdo de intercambio de información.