Además, el chip permitirá hacer un seguimiento de la vida del animal y reducir muchos de los trámites burocráticos que ahora hay que cumplir en las granjas. En algunas de ellas ya se utilizan. La propuesta que ahora hace la Comisión europea permitirá a los Estados miembros que introduzcan como obligatorio el chip en sus territorios.

También cambia el etiquetaje de las carnes de bovino suprimiéndose las normas en vigor. La idea es que haya menos trabas administrativas inútiles. Según el comisario de salud y política de consumidores John Dalli, «es un paso más para hacer que la cadena alimentaria sea más segura en la Unión».

De esta forma se establece una nueva forma de identificación y registro del ganado vacuno y de la forma de etiquetar la carne y los productos fabricados con esta. El principal objetivo es devolver la confianza al consumidor en la carne de vaca que se ha visto muy mermada desde la crisis de las vacas locas, garantizando la transparencia y la trazabilidad de los animales y de los productos que se fabrican con su carne.

Aunque el sistema que rige en estos momentos está considerado como muy bueno, la Comisión europea cree que se puede mejorar. Con el chip, cada animal estará perfectamente localizado junto con su historial.

El sistema que se utiliza en la actualidad es el de anotar el nacimiento, muerte y desplazamiento de los animales en la granja, más tarde esto se pasa a las bases informatizadas de los Estados miembros, con el consiguiente gasto en mano de obra y burocracia, que con el nuevo sistema podría ahorrarse.

La propuesta de la Comisión debe ser aprobada por el Parlamento europeo y el Consejo. Su entrada en vigor depende de lo que estas dos instituciones tarden en dar el visto bueno.

El chip electrónico se utiliza ya en la Unión para caballos, asnos, corderos, cabras y animales de compañía perros, gatos o hurones