Estos innovadores artefactos también atraen la atención de expertos informáticos.
En una conferencia de piratas informáticos celebrada en la ciudad estadounidense de Las Vegas el mes pasado, se llegó a la conclusión de que prácticamente todos los dispositivos computarizados, incluyendo ese tipo de retretes, pueden ser víctimas de los «hackers».
Un hacker estadounidense de 27 años le aseguró al diario The Wall Street que fue capaz de piratear un retrete automatizado y también hacer sonar su música, todo a través de un mando a miles de kilómetros de distancia.
«Ya no hay nada sagrado en el mundo», comentó en tono de broma un diplomático del Sur en desarrollo, «ni siquiera la privacidad de los retretes».
La Lixil Corporation explica que sus inodoros automatizados están controlados por sensores. El inodoro abre su tapa, hace sonar música, descarga el agua y cierra la tapa de manera automática, reaccionando a los movimientos de la persona que lo usa.
«El control remoto hace sonar tu música favorita, y en la oscuridad la taza se ilumina por una luz tenue», señala la publicidad de este inodoro de lujo.
Clarissa Brocklehurst, experta en agua y saneamiento, a la que hemos consultado ironiza: «Solo diré que es maravilloso que los genios de las computadoras pongan su atención en el tema. Asumo que defecan como el resto de nosotros».
Brocklehurst, exjefa de agua, saneamiento e higiene del Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia, opina que sería ideal que los expertos en informática dedicaran esa energía e imaginación en mejorar la vida de las personas más pobres.
«Las necesidades del sector de saneamiento son enormes, y se requieren innovaciones en tecnologías de la información», indica Brocklehurst.
Mientras los excusados automatizados se hacen realidad, el vicesecretario general de la Organización de las Naciones Unidas (ONU), el sueco Jan Eliasson, expresó en julio su satisfacción porque los estados miembros designaron el 19 de noviembre como Día Mundial del Inodoro.
El funcionario señaló que la celebración ayudará a crear conciencia sobre la necesidad de que todos los seres humanos tengan acceso a un saneamiento adecuado.
Eliasson indicó que, si bien se habían logrado avances hacia los Objetivos de Desarrollo de la ONU para el Milenio, una de cada tres personas aún no tiene acceso a un inodoro básico.
Casi 2.000 niños y niñas mueren cada día por enfermedades diarreicas que se pueden prevenir. El mal saneamiento y los suministros de agua inadecuados son la causa de pérdidas económicas por más de 260.000 millones de dólares al año en el Sur en desarrollo.
Eliasson insistió en que el saneamiento adecuado es una cuestión de dignidad humana. «Es inaceptable que las mujeres corran el riesgo de ser víctimas de violaciones o abusos» cuando intentan acceder a algún lugar con retretes, añadió.
El vicesecretario general de la ONU también consideró inadmisible que muchas niñas en los países pobres deban abandonar la escuela debido a que las instalaciones carecen de saneamiento básico.
«Estoy ansioso por trabajar con todas las partes para hacer una realidad que haya saneamiento para todos», declaró.
En tanto, Margaret Batty, directora de políticas y campañas de la organización WaterAid, advierte de que los países más pobres siguen llevando la carga de las enfermedades y las muertes causadas por el mal saneamiento.
Batty señala que 700.000 niños y niñas menores de cinco años mueren cada año debido a la falta de agua e higiene adecuadas.
La activista insta a los líderes de la comunidad internacional a trabajar por un cambio y hacer que todas las personas tengan acceso a servicios esenciales para 2030.