Desde 2006, el Consejo de Seguridad de la ONU, de 15 miembros y el único organismo internacional con la facultad de declarar la guerra y la paz, reafirmó el principio de responsabilidad de proteger en varios conflictos militares, incluso en Sudán, Yemen, Malí, Libia, Sudán del Sur, Costa de Marfil y República Centroafricana. En algunos casos también autorizó la intervención militar.
Pero el Consejo de Seguridad mantiene el mutismo sobre el actual conflicto de Gaza, que cumplió cuatro semanas este martes y ya lleva un saldo aproximado de 1.810 palestinos muertos, en su mayoría civiles, desde que comenzó la ofensiva israelí el 8 de julio.
Simon Adams, director ejecutivo del Centro Mundial por la Responsabilidad de Proteger en el Instituto Ralph Bunche de Estudios Internacionales, nos dijo que Estados Unidos se refiere con frecuencia a su «relación especial» con Israel «pero tiene una responsabilidad especial de asegurar que se rindan cuentas por los presuntos crímenes de guerra».
Samantha Power, la embajadora de Washington ante la ONU, «hizo mucho (en el pasado) para promover la causa de la prevención de las atrocidades en masa, pero (ahora) debería guiar al Consejo de Seguridad para asegurar que la población civil de Gaza reciba la protección a la que tiene derecho en virtud del derecho internacional», exhortó Adams.
«El gobierno israelí parece haberle declarado la guerra a las escuelas y los refugios de la ONU que albergan a los civiles desplazados. El bombardeo intencionado de esos lugares es un crimen de guerra», afirmó. El Consejo de Seguridad «debe asegurarse de que se rindan cuentas y se defienda su responsabilidad de proteger», añade Adams.
Pero hasta la fecha el órgano de la ONU solo ha emitido una «declaración presidencial», muy alejada de una resolución jurídicamente vinculante que condene la matanza de civiles o insista en que ambas partes cesen el conflicto.
El Ministerio de Salud de Gaza ha registrado la muerte de 1.810 palestinos, en su mayoría civiles, en las cuatro semanas que ya lleva el conflicto. Por su parte, Israel ha perdido a 64 soldados y tres civiles.
Los observadores acusan a Israel de haber bombardeado seis albergues de la ONU, entre ellos tres escuelas, donde los desplazados palestinos buscaban refugio. El gobierno israelí argumenta que los bombardeos fueron una reacción al lanzamiento de cohetes desde escuelas cercanas por parte del movimiento armado palestino Hamás.
El secretario general de la ONU, Ban Ki-moon, cuyos comentarios sobre el conflicto se han caracterizado por la cautela, denunció el ataque a una escuela del organismo mundial el domingo 3 como un «escándalo moral y un acto criminal».
«No hay nada más vergonzoso que un ataque a niños que duermen», declaró a través de un comunicado de su portavoz.
El Departamento de Estado de Estados Unidos también criticó el ataque a las escuelas. «La sospecha de que combatientes operan en las cercanías no justifica los ataques que ponen en riesgo la vida de tantos civiles inocentes», declaró la portavoz de la cancillería estadounidense, Jen Psaki.
La responsabilidad de proteger se aplica en todas partes y en todo momento, explica Adams.
«Un niño palestino sin Estado tiene el mismo derecho a la protección contra los crímenes de guerra que un ciudadano israelí de Tel Aviv o Jerusalén», subraya.
En un artículo de opinión publicado el 25 de julio, Adams señala que la distinción entre los objetivos militares y civiles es fundamental para el derecho internacional humanitario y debe cumplirse con independencia de dónde se produzca el conflicto o de cuáles sean los bandos rivales.
Tanto Hamás como el gobierno israelí violarían las leyes fundamentales de la guerra con, respectivamente, los ataques con cohetes contra Israel y los bombardeos de represalia sobre zonas densamente pobladas de Gaza, opina Adams.
«¿Si los civiles no pueden refugiarse en las escuelas de la ONU, dónde podrán estar a salvo?», preguntaba Navi Pillay, alta comisionada de la ONU para los Derechos Humanos. «Abandonan sus hogares en busca de seguridad y luego se les somete a ataques en los lugares a donde huyeron. Es una situación grotesca», manifestaba.
El lunes 4, el portavoz del secretario general de la ONU dijo que el ataque del día antes fue otra violación grave del derecho internacional humanitario, que exige claramente a ambas partes la protección de la población civil palestina, el personal y las instalaciones del organismo mundial, entre otros edificios civiles.
Los refugios de la ONU deben ser zonas de seguridad y no de combate, exhortó.
La ONU había informado en reiteradas ocasiones a las Fuerzas de Defensa de Israel de la ubicación de estos sitios.
«Este ataque, junto con otras violaciones del derecho internacional, deberá investigarse con premura y los responsables deberán rendir cuentas. Es un escándalo moral y un acto criminal», decía el portavoz.
El portavoz también comunicó que Ki-moon está profundamente consternado por la atroz escalada de la violencia y la pérdida de cientos de vidas de civiles palestinos desde la violación del alto el fuego humanitario el 1 de agosto.
Los combates en curso agravaron la crisis humanitaria y sanitaria que, provocada por el hombre, causa estragos en Gaza. La restauración de la calma se logrará con la reanudación del alto el fuego y las negociaciones entre las partes en El Cairo que aborden los problemas subyacentes, concluyó el portavoz.