Dentro de dos días, 12 de septiembre, aunque la decisión se podría adelantar al martes, el Tribunal Constitucional alemán se pronunciará sobre la legalidad del fondo permanente de rescate de la eurozona (MEDE). La canciller Angela Merkel, confía en el visto bueno, fundamental para seguir adelante con la unión económica y bancaria de la eurozona.
Desde hace dos meses todas las miradas están puestas en el Tribunal que tiene su sede en Karlsruhe, que se reúne la tarde de este lunes para examinar la demanda del socialcristiano bávaro (CSU), Peter Gauweiler que dice que el MEDE podría violar la Constitución alemana al permitir que el BCE compre deuda de países con problemas. Gauweiler quiere que el tribunal impida a Alemania ratificar el MEDE y por lo tanto el pacto fiscal de la UE.
Si el tribunal fallara en contra del MEDE, las consecuencias podrían hundir a la eurozona aún más en la sima económica en la que se encuentra. Sobre todo a los países del sur, el primero España.
El ejecutivo de Angela Merkel confía en que eso no suceda, ya que en palabras del ministro germano de Finanzas, Wolfgang Schäuble «hasta ahora el Tribunal Constitucional jamás ha dictaminado que el curso de la integración europea atente contra la Ley Fundamental».
Aunque también parece que podría añadir duras condiciones para futuros rescates, entre ellas conceder al Parlamento alemán poder de veto sobre cada posible ayuda, o establecer un límite a la responsabilidad legal de Alemania sobre las deudas de otros Estados miembros.
Este miércoles, el presidente de la Comisión Europea José Manuel Barroso, comparece ante el Europarlamento para leer el discurso del Estado de la Unión. Hará un análisis de la situación a la que se enfrenta la Unión, de las propuestas legislativas que presentará la Comisión Europea en los próximos meses y de las vías de actuación en los próximos años.
Esbozará los primeros pasos que se deben dar para una mayor integración fiscal y los cambios que habrá que hacer para asegurar la «responsabilidad democrática» en una eurozona más centralizada, algo de lo que no quieren oír hablar países como Holanda que no quieren ceder más soberanía. Barroso podría desgranar las líneas fundamentales del supervisor bancario único que dependerá del BCE.
La batalla fundamental se ha empezado a librar ya en torno a si debe supervisar a los 6.000 bancos de la UE o solo a los más importantes, los 25 bancos sistémicos transfronterizos y que del resto se encarguen los reguladores nacionales. Schäuble no quiere dejar en manos ajenas el control de sus cajas de ahorro y de sus bancos regionales. Todo muy sensible, porque están muy recientes las crisis de la entidad británica Northern Rock y de la española Bankia, que nadie suponía que iban a tener tantos problemas y que han supuesto una grave amenaza para el sistema bancario de la UE.
También este miércoles Holanda celebra elecciones presidenciales. Parecía que el nuevo Parlamento podría estar controlado por euroescépticos de la ultraderecha o de la ultraizquierda que pondrían trabas a cualquier rescate que se planteara en la eurozona. Los últimos sondeos dan avances para los liberales de centroderecha del primer ministro saliente Mark Rutte y para el Partido laborista de centroizquierda que preside el socialista Emile Roemer, están bastante igualados, han ganado terreno en detrimento de los otros partidos y podrían formar coalición.
Una interesante semana con el futuro de la Unión Europea en primer plano, en definitiva el futuro de todos los Estados miembros.