«Hola, mi nombre es Ángel, tengo 13 años y estudio en el CEO (Centro de Educación Obligatoria) Mogán, en el sur de la isla de Gran Canaria. Me gustaría conocer a alumnos de Senegal», se presenta un escolar en un vídeo grabado por Ivanhoe Hernández, profesor de literatura en ese instituto.
El centro prepara intercambios con los estudiantes de español de Mbake Gueye, maestro en la región noroccidental senegalesa de Louga.
La RESF, integrada por profesores voluntarios, padres y estudiantes de Senegal, Sahara Occidental, Haití, Gabón y las Islas Canarias, nació en 2004 impulsada por la asociación Puente Humano y pretende derrumbar día a día «la pared de ignorancia que existe entre los dos pueblos», nos dice por videoconferencia Amadou Ba, profesor de español en Louga.
«Somos profesores de un lado y de otro y proponemos un cambio cultural y educativo que permita formar ciudadanos globales», afirma el profesor de latín y griego Rafael Blanco, integrante de Puente Humano y coordinador canario de la RESF, temporalmente en Senegal.
Ba, de 33 años y docente desde 2004, cuenta que las comunicaciones entre los estudiantes de África y España versan sobre temas concretos que se plantean y preparan, como la emigración, la vida familiar o el ambiente. Son intercambios entre alumnos coetáneos que resultan muy eficaces, asegura.
«Que tengan la misma edad y que sean estudiantes españoles los que les comuniquen la necesidad, por ejemplo, de cuidar el ambiente, les llega más de cerca y les sensibiliza más», asegura este maestro de la escuela Artillerie Nord de Louga que coordina la RESF en Senegal.
Junto al profesorado, alumnos de entre 12 y 16 años elaboran durante el curso, de forma continuada, pequeños reportajes, graban vídeos, plantean y responden preguntas, hacen fotos y dibujos que viajan de una a otra orilla por correo electrónico o postal.
Los intercambios directos se establecen mediante videoconferencias y, si no, se cuenta con Internet a través de audioconferencias, con teléfonos móviles conectados a unos altavoces.
Blanco advierte sobre las dificultades materiales y técnicas en Senegal, donde no todos los masificados institutos tienen Internet y la electricidad se interrumpe frecuentemente. Por eso, las comunicaciones se realizan muchas veces en diferido, con el envío de materiales físicos y digitales.
Puente Humano asume el coste de la configuración de Internet en Louga.
Actualmente, unos 650 alumnos de 13 centros educativos de Senegal interactúan con estudiantes y profesores de las Islas Canarias, situadas frente a las costas de África.
En ese archipiélago y tres escuelas de los campamentos de refugiados de Tinduf hay otros 720 alumnos involucrados, calcula Blanco.
Una escuela en Ansé a Pitres, en el sudeste de Haití, participó en los intercambios en 2012, pero no siguió en 2013 por dificultades técnicas. «Nuestro objetivo es multiplicar la cooperación real mediante la comunicación», se lee en la página digital de Puente Humano.
Blanco cree que «no se puede cooperar con algo que no conoces», y parafraseó a Madou Ndeye, profesor y escritor senegalés fallecido en marzo de 2013, quien afirmó que «estaríamos más avanzados si el dinero destinado a cooperación se dedicara a conocernos y comunicarnos».
Ba cuenta que este curso animará a sus alumnos a fotografiar escenas y grabar pequeños vídeos para compartir con los estudiantes canarios la vida cotidiana de la gente de Louga.
«Tenemos valores, costumbres, riquezas que mostrar», subraya Ba, quien cree que los proyectos de cooperación al desarrollo de las organizaciones no gubernamentales «no deben estar basados solo en dar, sino también en recibir».
Así mismo lamenta que las informaciones que llegan a Europa sobre África «son solo a nivel comercial» porque «a los empresarios no les interesa que nos comuniquemos».
El personal docente de la RESF integra diariamente los intercambios a las materias que imparte, como una profesora de matemáticas de la isla de Tenerife, que propuso a sus alumnos analizar «Las cifras de la desigualdad», estableciendo comparaciones entre el precio de la cesta de la compra en una y otra orilla.
«La sensibilización es lo más importante que hemos conseguido con nuestros alumnos», dice Cristóbal Mendoza, profesor en el centro educativo Mario Lhermet de la isla canaria de La Gomera, en una entrevista por la plataforma radiofónica Irradia, grabada en Senegal durante una visita de varios docentes canarios a Louga.
Desde el curso 2010-2011, la coordinación de la RESF está integrada en la Red Canaria de Escuelas Solidarias, que realiza proyectos de cooperación educativa con África.
En el blog de la RESF se muestran recursos educativos y se recogen los distintos materiales, propuestas y experiencias del profesorado en las distintas asignaturas. Blanco y sus alumnos del Instituto Cabrera Pinto de Tenerife investigaron los mitos de una y otra orilla en su asignatura de cultura clásica.
«Hay redes que atan y redes que unen. Nunca se cansen de seguir tejiendo esas redes que unen», animó el escritor uruguayo Eduardo Galeano, en un mensaje de apoyo a sus integrantes, en el que aplaudió su labor de «coeducación» Sur y Norte.
Galeano subrayó que la iniciativa desarrolla valores, aplica las nuevas tecnologías a la cooperación, enriquece las asignaturas y desarrolla el conocimiento del entorno y la cultura.
«Están en Senegal, pero tienen las mismas inquietudes, miedos, emociones y metas que vosotros», les explica a sus alumnos canarios Ivanhoe Hernández, originario de Málaga y quien considera que la «educar en común permite romper los prejuicios y el racismo».
«Estamos creando cultura del conocimiento directamente, sin depender de la televisión, valiéndonos de la fuerza de las herramientas de comunicación y la tecnología, y en el idioma que permite el intercambio», declara Blanco en una videoconferencia desde Senegal, donde trabaja en la coordinación de la red gracias a un año de excedencia en su labor docente.
La red ha propiciado viajes de alumnos y profesores de Canarias a Senegal y viceversa, durante los cuales conocen las escuelas, la cultura, y se hospedan en casas de familias locales.
Mientras España reduce los fondos destinados a cooperación para el desarrollo, la RESF crece en número de alumnos, y aunque el proyecto avance «sin prisas» y suponga «unas cuantas gotas de agua, es mucho», valora Blanco.