En 2010 la población de la Unión Europea alcanzó los 501 millones de personas. Las previsiones de la oficina estadística Eurostat, aumentan la cifra hasta 525 millones en 2035; 526, en 2040; y 517, en 2060.
Sin embargo, el número de europeos oculta notables diferencias entre los Estados. Aumenta en catorce países y disminuye en trece. La población casi se duplicará en Irlanda, Luxemburgo o Chipre; aumenta considerablemente en Reino Unido, Bélgica y Suecia; y disminuye más de un 20% en Bulgria, Letonia, Lituania y Rumanía.
Alemania, actualmente el Estado más poblado de la UE, habrá perdido en 2060 un 19% de su población. Dentro de 50 años, tendrá por delante a Reino Unido, con 79 millones y a Francia, con 74 millones. España tendrá entonces, si se cumplen las previsiones, 52 millones de habitantes.
El aumento de la esperanza de vida y la baja fertilidad harán de Europa un continente envejecido. En 2060, un tercio de la población alemana, española o griega será mayor de 65 años, también el 25% de la población de Reino Unido, Bélgica y Dinamarca. Para entonces, los mayores de 80 años en España, Italia y Alemania serán el 14%. La población octogenaria pasa en España del 1,2% en 1960, al 4,9% actual y al 14,2% en 2060.
El envejecimiento de la población europea, por tanto, va a seguir repercutiendo en los sistemas de pensiones, los programas de asistencia y la atención sanitaria. La Comisión Europea, en las recomendaciones que acaba de hacer a los Estados para ajustar sus programas económicos a los objetivos de la UE, insiste en que los gobiernos deben tener en cuenta la evolución demográfica en sus previsiones de gasto.