Este martes se ha abierto la oficina en Madrid y el objetivo es comenzar la rifa en unas dos semanas. Léonard Simpatico, a algunos el nombre les parecerá una premonición, ha encontrado la fórmula para hacer lo que a otros ya se les había ocurrido pero no habían encontrado la vuelta legal para hacerlo.
Según Simpatico, no es lo que se entiende por juego en la red, porque no existe obligación de compra, el participante puede recuperar su dinero antes del sorteo si se arrepiente. Se trata de una compra colectiva. Los dueños que quieran vender sus inmuebles de esta manera lo anuncian en su web, los internautas son los que deciden cual de las casas debe rifarse y compran sus boletos, no más de 5 al mes por persona porque el señor Simpatico dice que no quiere impulsar la ludopatía y el blanqueo de dinero. Una vez que se han vendido papeletas por el valor fijado para la casa esta se rifa.
El agraciado recibe la casa libre de cualquier gasto y 50.000 euros que estarán depositados en una notaría para que pueda hacer frente a impuestos, seguros o cualquier otro gasto que el inmueble genere en los cinco primeros años. La empresa organizadora gana una comisión del 15 % del precio del inmueble. Aunque todo se hace por internet, la empresa está obligada a tener una sede en España, de ahí la apertura de la oficina, ya que es la que compra la casa.
La idea partió de una especie de auxilio mutuo llamado «tontina» muy popular en África Y China. Un grupo de socios pone un fondo común y cuando ha pasado un tiempo determinado el dinero reunido se reparte entre los asociados que siguen vivos.
La rifa nació en Francia, donde a veces se han subastado pisos de lujo. La empresa está en expansión y piensa instalarse en Marruecos, Rumanía, China, Reino Unido, Bélgica y Grecia antes de que acabe el año y ampliarse a otros productos como coches o nuevas tecnologías. Según el señor Simpatico, juegan en estos momentos en la web personas de 33 países.