¿Cómo nace este proyecto?
Olga Genilloud- Nace con la finalidad de plantear nuevas soluciones terapéuticas para el problema de la creciente resistencia que las bacterias presentan frente a los antibióticos existentes. Esta resistencia hace que el tratamiento de infecciones sea cada vez más complejo y cada vez más difícil encontrar nuevas moléculas con las que combatir dicha resistencia.
eXp- Cuando hablamos de estas bacterias resistentes, ¿a qué nos referimos? ¿ y a qué enfermedades afecta más?
O.G- Las bacterias están cada vez más «acostumbradas» a que usemos los mismos antibióticos para combatirlas, y han desarrollado mecanismos eficaces de resistencia con la consiguiente reducción o pérdida de efecto de estos medicamentos frente a las infecciones. En especial en pacientes hospitalizados e inmunodeprimidos que están más expuestos a contraer infecciones oportunistas.
eXp- ¿Por qué hay barreras para el desarrollo de nuevos antibióticos?
O.G- El desarrollo de nuevos antibióticos es cada vez más difícil desde un punto de vista técnico. Y, por otro lado, los crecientes costes de la investigación y riesgos financieros que conlleva el desarrollo de cualquier medicamento, se agudizan en el caso de los nuevos antibióticos para los que se contemplaría solo un uso limitado al mantenerse como antibióticos de reserva para los tratamientos más complejos.
eXp.- Se trata de un proyecto con la participación tanto del sector privado como del público, ¿no es así?
O.G- La participación de los sectores público y privado dentro de este consorcio de 32 socios, es una alianza singular que aúna esfuerzos para sostener el desarrollo de nuevos antibióticos mediante la financiación público-privada asumiendo de manera conjunta los costes de desarrollo y el riesgo financiero. En total participan 12 países: Suecia, Reino Unido, Letonia, Polonia, Finlandia, Dinamarca, Alemania, Holanda, Alemania, Bélgica, Francia y España.
eXp.- ¿Cómo se financia este proyecto y cuál es su fecha de realización?
O.G- El proyecto se va a centrar en el desarrollo de un portafolio preliminar de candidatos que se irá expandiendo a través de ofertas públicas con el objetivo de contar al final del proyecto en 2019 con al menos un antibiótico candidato con actividad frente a infecciones por Gram-negativos que pueda ser propuesto para pasar a ensayos clínicos de Fase 1. Una vez superada esta fase, los candidatos, deberían pasar por ensayos clínicos de Fase 2 y 3 antes de su posible autorización para la salida al mercado.
En cuanto a la financiación, se trata de una inversión público-privada a través de la iniciativa de Medicamentos Innovadores (IMI) en un partenariado de la Unión Europea y las principales empresas Farmacéuticas (a través de EFPIA, Federación Europea de Asociaciones de la Industria Farmacéutica) que, bajo el programa «New Drugs for Bad Bugs» (ND4BB han lanzado una serie de proyectos cuyo propósito es abordar los cuellos de botella en el desarrollo y uso efectivo de antibióticos innovadores. El proyecto ENABLE, el tercero dentro de la serie ND4BB es en el que la Fundación MEDINA esta colaborando para el desarrollo de nuestro nuevo antibiótico.
eXp.- ¿Qué significa para la Fundación su participación en el mismo?
O.G- Es una oportunidad fantástica para el desarrollo conjunto de uno de los productos naturales más avanzados de nuestra línea de investigación y así aportar nuestro grano de arena a un proyecto que da respuesta a una necesidad creciente de la sociedad.
eXp.- ¿Falta inversión por parte del estado en investigación en estos campos tan vitales?
O.G- Las limitaciones presupuestarias actuales en investigación están afectando igualmente al avance de la investigación en el área de la lucha antimicrobiana, de ahí la importancia de poder optar al desarrollo de nuevas moléculas en el marco de la iniciativa IMI.
eXp.- ¿Cuál es el plan de trabajo de un proyecto como este? ¿cómo puede descubrirse un nuevo antibiótico?
O.G- El proyecto parte de un intensivo trabajo anterior de investigación aportado por grupos académicos e industria farmacéutica en identificar posibles moléculas con las propiedades adecuadas para que puedan ser desarrolladas en el consorcio. Por lo tanto hay que tener en cuenta que ya ha habido una gran inversión anterior por parte de los participantes hasta llegar a proponer moléculas candidatas como punto de partida del proyecto y para considerar una inversión en su desarrollo.