El programa será asumido por el Fondo Europeo de Inversiones Estratégicas, la pieza clave del Plan Juncker al que han aportado ya varios países: Alemania, Francia, Italia, Polonia (todos, con 8.000 millones de euros), España con 1.500 millones y Luxemburgo, con 80 millones. El presidente del BEI, Werner Hoyer ha asegurado hoy en una rueda de prensa que el acuerdo para ofrecer financiación se enmarca en el objetivo de fortalecer la competividad en Europa.
El plan Juncker nació con el objetivo de acabar con la raquítica inversión europea desde el estallido de la crisis económica. Según cálculos del Ejecutivo, el Producto Interior Bruto puede aumentar hasta 410 mil millones de euros en el conjunto de la UE y crear más de un millón de puestos de trabajo, con el proyecto estrella de la Comisión Juncker. Los cálculo de Bruselas aspiran a movilizar hasta 315.000 millones de euros gracias a un ejercicio de ingeniería financiera.
La mejora de la economía de los Estados pasa por tres pilares, según el Ejecutivo comunitario: reformas estructurales, responsabilidad presupuestaria e inversión. Este último se incentiva a través del Fondo Europeo de garantía de 21.000 millones de euros, aval necesario para que el BEI preste hasta 60.000 millones de euros a proyectos de inversión.
El Parlamento Europeo ha dado el visto bueno a casi la totalidad del Plan Juncker esta semana, aunque muchos eurodiputados dudan sobre el origen de la financiación y temen si realmente se cumplirán las expectativas del Ejecutivo comunitario.