Todo ocurría en torno a las 11 de la mañana. Giadello, de 57 años, entraba en la sala vestido con traje y corbata, y aparentemente tranquilo. Estaba sentado en el banquillo junto a sus dos socios, cuando de repente ha sacado un arma y ha comenzado a disparar a los presentes.
Primero se ha dirigido contra Lorenzo Alberto Claris Appiani, un letrado que le había defendido en juicios anteriores, y que esta vez comparecía como testigo. Ha recibido un tiro en el corazón que le ha provocado la muerte inmediata. Después, ha disparado contra al menos otra dos personas, y ha salido corriendo. Una vez en el pasillo se ha dirigido al despacho del magistrado Fernando Ciampi, encargado de juzgar las quiebras, y le ha disparado a bocajarro causándole la muerte instantánea.
«En cuanto escuché los disparos me encerré en mi oficina» explicaba una de las funcionarias del Palacio de Justicia en declaraciones a la agencia de noticia Ansa, todavía con el miedo en el cuerpo. Marcello D'Elia, otro de los abogados presentes en la sede judicial ha relatado cómo escuchó cuatro o cinco disparos: «Enseguida llegaron los carabinieri, que nos ordenaron salir», relataba.
En medio de la confusión el presunto homicida conseguía escapar del edificio en una moto, mientras los servicios de emergencias trataban de evacuar la zona. Pero a Giadello no le ha durado mucho su huída. Tras media hora de persecución, los carabinieri conseguían darle el alto en la localidad de Vimercate, a unos 30 kilómetros de dónde se había producido el tiroteo. «Quería vengarme de quien me ha arruinado la vida», ha confesado a los agentes tras ser detenido.
Fallos en la seguridad
Nadie en Italia se explica cómo un imputado ha conseguido acceder a la sede judicial con una pistola. Roberto Maroni, presidente de la región de Lombardía, a la que pertenece Milán, ha calificado la situación de «chocante» porque «no se trataba de una organización que planificó un ataque e hizo inspecciones previas». Tampoco el primer ministro italiano, Matteo Renzi, se explicaba lo ocurrido.
La principal hipótesis es que Giadello accediera al Palacio de Justicia a través de un acceso lateral con un carné falso. Se trata de una puerta reservada a abogados y trabajadores del Tribunal. No cuenta con detector de metales, y basta enseñar la identificación para acceder al edificio. «Todos los sistemas de seguridad funcionaban», ha asegurado el ministro de Justicia italiano, Andrea Olano.
Junto a él también han comparecido el ministro del Interior, Angelino Alfano, que ha confirmado que se trataba de una acción planificada. «Llevaremos a cabo todas las investigaciones y haremos de todo para que no vuelva a ocurrir», ha asegurado. «El hecho de que tuviera dos cargadores y haya disparado primero contra su abogado y después contra los otros dos imputados en el caso nos hace pensar que tenía todo preparado», ha añadido el fiscal de Brescia, Tommaso Buonanno.
Según los datos del ministerio del interior, son tres las personas fallecidas en el tiroteo. Además del juez y el abogado, que murieron prácticamente en el acto, también ha perdido la vida Giorgio Erba, uno de los socios del presunto homicida. Además hay al menos dos personas heridas. Son un abogado que ha recibido un disparo en la pierna que no reviste gravedad y otra de las personas presentes en la sala que continúa ingresado en estado crítico.