Sigue habiendo más de 23 millones de parados en la UE. El dato positivo de febrero no es relevante pero, al menos, permite bajar de la barrera psicológica del 10% por una décima en la zona euro y por cinco, en el conjunto de los 27. Las diferencias entre los Estados miembros son enormes.
Según los datos de la oficina estadística de la UE, Eurostat, el paro bajó en la eurozona en 99.000 personas, en relación a enero; y en 77.000 en toda la Unión. Ahora las tasas oficiales están en el 9,9% y el 9,5%, respectivamente.
Sin embargo, una vez más, los datos son engañosos porque esconden grandes diferencias entre los socios comunitarios que demuestran cómo la crisis económica entró de lleno en unos pero no en otros y cómo las políticas de empleo dan distintos resultados.
España sigue ocupando el último lugar de la UE con un 20,5% de paro, una décima más que el mes anterior, acompañada a distancia por los países bálticos. Aun así, por ejemplo, Letonia ha reducido su tasa de desempleo en 3 puntos en el último mes. Por el contrario, Holanda, Luxemburgo y Austria no alcanzan siguiera el 5% de paro.
La explicación que dan los expertos para el milagro holandés está en las reformas para flexibilizar el mercado de trabajo ya realizadas cuando la crisis empezó a golpear fuerte y, sobre todo, en su extendido sistema de empleo a tiempo parcial que ha ido ganando terreno y se ha convertido en una práctica habitual en el país.
En febrero perdieron puestos de trabajo, sobre todo, Grecia, Bulgaria e Irlanda y donde más se recuperó el empleo fue en Letonia, Estonia y Suecia. El paro bajó en 13 países, se mantuvo estable en 2 y subió en 12. También aumentó ligeramente la tasa de desempleo femenino.
El paro entre los jóvenes menores de 25 años es aún más escandaloso y vuelve a duplicar las tasas generales. Alcanza al 19,4% en la eurozona y al 20,4% en toda la UE. España llega al 43,5%.
En Estados Unidos el paro está en el 8,9% y en Japón en el 4,6%.