Merkel se ha reunido con los grupos parlamentarios de la oposición para informarles de lo tratado en el Consejo Europeo y, a la salida, los jefes de los grupos parlamentarios del Partido Socialdemócrata, Frank Walter Steinmeier, y de Los Verdes, Jürgen Trittin, han contado a los periodistas lo que los líderes europeos guardaban en secreto.
Según lo dicho, la capacidad crediticia del Fondo Europeo de Estabilización Financiera (FEEF) rondará el billón de euros y la condonación de la deuda griega estará entre el 50% y el 60%. El Parlamento alemán votará el miércoles por la mañana la reforma del fondo, antes de que la canciller pacte con los líderes comunitarios y aún no está claro que consiga la mayoría suficiente. Por eso, este lunes se ha reiterado que la contribución alemana al FEEF no será superior a la prevista ahora, 211.000 millones de euros.
Para llegar a ese billón de euros anunciado se barajan dos posibles mecanismos, una vez descartada la participación del Banco Central Europeo. La primera es que el fondo avale parte de las nuevas emisiones de deuda, sobre todo de España e Italia.
Si los países no pueden cumplir sus compromisos, el fondo asumiría el primer tramo de pérdidas, o sea, entre un 20% y un 30%. La otra opción es crear un mecanismo para atraer a inversores privados o a países terceros, como China o los emiratos del Golfo, que compren bonos de Estados europeos. Ambas fórmulas no son excluyentes.