UE-África, conversaciones en Libia

La cumbre UE-África de los días 29 y 30 de noviembre en Libia se va a celebrar en un momento complicado para ambas partes. La UE pierde peso económico y político en el mundo y África mira con entusiasmo a sus nuevos inversores (chinos, indios, brasileños, estadounidenses....) , atraídos por sus grandes recursos naturales que resultan vitales para el funcionamiento de sus economías.

La historia se repite, ahora con nuevos actores. No va a ser una cumbre fácil, de momento ya hay un primer escollo, algunos presidentes han anunciado que no asistirán si se confirma la presencia del presidente de Sudán, bajo orden de busca y captura del TPI

Las manos de un hombre africano sujeta un pequeño brote vegetal
Foto:CE

El mundial de Sudáfrica iba a ser el escaparate para dar a conocer al mundo los progresos del continente, pero 4 meses después del silbato final África casi ha desaparecido de los medios de comunicación. Sigue con sus problemas de siempre: gobiernos corruptos, pobreza extrema, guerras, crisis, desastres naturales ... En ese marco se celebra esta cumbre que va a establecer el plan de Acción UE-África para los próximos 4 años.plan de Acción UE-Africa

Hace 80 años.se publicaba un polémico libro «Tintín en el Congo», donde los africanos eran mostrados estúpidos y sin capacidad para poder decidir su propio futuro. Hoy en día ese libro está siendo juzgado por racista y ofensivo. Una muestra de que la relación que Europa tiene con ese continente ha cambiado mucho, y aunque durante años lo que más le interesaba a los europeos eran las materias primas africanas, desde la década de los 90 la UE también ha invertido grandes cantidades de dinero en el desarrollo social y económico de esos estados. En eso, y por supuesto en los intercambios comerciales, se va a centrar la cumbre de Libia.

Hay muchos temas que preocupan de África. El aumento de grupos extremistas en los países del Magreb y que se está extendiendo a otros países del África negra como Somalia, Sudán o Nigeria, la inmigración y el tráfico de personas o la piratería en el Índico que tantos «males de cabeza» está provocando en el comercio marítimo –básico en los intercambios económicos con el sudeste asiático.

Hace 50 años, 17 países del África subsahariana alcanzaban su independencia. Al menos 8 países europeos mantuvieron a lo largo de 75 años colonias en ese continente, diseñaron sus fronteras, organizaron su producción y formaron a las élites militares y políticas. La dependencia económica con las antiguas metrópolis estaba asegurada. Hoy en día, a pesar de que hay un progreso económico importante, la mayor parte de la población africana sigue siendo casi tan pobre como entonces., con los índices mundiales más bajos de desarrollo.

Hace 58 años, en 1952, el general Nasser daba un golpe de estado incruento en Egipto, inaugurando una nueva tradición en el continente. Desde 1963 a 1969 hubo quince golpes de estado en África y no han cesado. El último, esta semana en Madagascar. Una muestra de la inestabilidad de unos gobiernos con los que la UE ha de negociar. Las guerras interétnicas o religiosas, y la corrupción (se calcula que absorbe el 10% de los recursos totales) siguen lastrando el desarrollo político del continente. Por segundo año consecutivo el premio Mo Ibrahim que premia las prácticas de buen gobierno en África ha quedado desierto. La fundación que lo otorga asegura que «no ha encontrado un candidato con las credenciales suficientes para concederle el premio».

Hace casi 30 años aparecían los primeros casos de Sida en Estados Unidos. En África millones de personas mueren, sin tener las más mínimas posibilidades de acceder al sistema sanitario. Otras enfermedades como la malaria o la tuberculosis se extienden por el continente. Y a pesar de los logros alcanzados en ciertos aspectos como la salud materna, los Objetivos del Milenio relativos a la sanidad son «los que más lejos están aún de lograrse». En los últimos años ha mejorado la calidad de vida de muchos africanos, pero aun así la esperanza de vida es entre treinta y cuarenta años menor que en Europa.

Hace 4 años, el presidente chino, Hu Jintao realizaba una gira africana sin grandes titulares en la prensa internacional. Los «leones de África» (Sudáfrica, Egipto, Libia, Marruecos, Túnez, Algeria) se están convirtiendo en la locomotora de un continente.que ahora tiene nuevos socios China, India, Estados Unidos o Brasil. Algunos detalles demuestran este creciente interés. Recién nombrado presidente de Brasil, Lula da Silva realizó seis visitas a África antes de viajar a Bruselas. Su país tenía 13 embajadas, ahora ya son 28 y China tiene legaciones diplomáticas en 47 países africanos. El «tigre asiático» necesita petróleo, madera, cobre, hierro, carbón, aluminio o níquel africano para continuar alimentando su crecimiento económico insaciable. En noviembre del año pasado Hu Jintao prometió un préstamo de 10.000 millones de dólares para crear un sistema financiero fuerte en el continente. Los intercambios comerciales entre ambos se ha multiplicado por siete desde el inicio del siglo XXI. La recolonización de África ha llegado a golpe de talonario.

Hace poco más de 80 años moría James Aggrey, un escritor ghanés. Escribió la parábola «El águila que no quería volar» , donde comparaba a los africanos con un águila educada en un gallinero que acabó creyéndo que no podía volar porque era como una de aquellas gallinas con las que convivía. Hasta que un día la llevaron a lo alto de una montaña y le convencieron de que podía volar y ser el rey de las aves.

Este es el marco el que se celebra la cumbre UE-África. Desde que se puso en marcha la Estrategia conjunta en 2007, ni Europa ni África son las mismas.