UE y FMI imponen un duro ajuste a Portugal a cambio de ayuda financiera

Congelación de salarios, rebaja de pensiones, más impuestos, menos prestaciones en sanidad o educación y privatización de empresas. Dos días después de que el primer ministro portugués en funciones, José Socrates, anunciara que había conseguido un buen acuerdo para el rescate financiero del país, la troika que ha negociado el plan de ayuda lo desmiente. Los representantes de la Comisión Europea, el Fondo Monetario Internacional y el Banco Central Europeo han confirmado que Portugal recibirá 78.000 millones de euros a cambio de un drástico programa de austeridad que llevará al país a la recesión.

Tranvías en Lisboa
Portugal, ante el rescate europeo / Foto:absolutportugal

La Comisión Europea, el Fondo Monetario Internacional y el Banco Central Europeo prestarán a Portugal 78.000 millones de euros en tres años a cambio de que el país ponga en marcha un durísimo plan de ajuste, que llevará al país a la recesión.

Los portugueses van a tener que hacer importantes sacrificios para cumplir las condiciones del rescate financiero que obliga a reducir el déficit público del 9,1% actual al 3% en 2013. Los representantes de las instituciones que han negociado el acuerdo han venido a desmentir este jueves las declaraciones que hizo hace dos días el primer ministro portugués en funciones, José Socrates, cuando anunció al país que se trataba de un buen acuerdo para Portugal.

La realidad es que el gobierno de Lisboa va a tener que hacer una limpieza en su Administración pública, que incluye reducción de funcionarios y congelación de salarios. Pero además, los recortes afectarán a los sectores más necesitados, porque incluyen una rebaja progresiva de las pensiones superiores a 1.500 euros mensuales y la eliminación de prestaciones en sanidad y educación.

El plan de rescate incluye una reducción de las ayudas a la compra de medicamentos y atención hospitalaria y una subida de tarifas en el copago. La enseñanza se verá afectada igualmente con recortes en la contratación de personal y en los subsidios a las escuelas.

Serán menos gastos y más ingresos. Para conseguirlo, las autoridades financieras internacionales imponen a Portugal una reducción de deducciones fiscales y de ventajas en la compra de vivienda. Aumentará el IVA y otros impuestos, mediante una rebaja de las exenciones y tendrán que privatizarse grandes empresas públicas de sectores estratégicos como la energía o la compañía aérea TAP.

En conjunto, las medidas de austeridad exigidas son mucho más duras que las que rechazó Parlamento portugués y que costaron el cargo al primer ministro, José Socrates. Ahora el gobierno en funciones y los partidos de la oposición han tenido que aceptar estas condiciones para recibir la ayuda financiera internacional que se repartirán la UE (52.000 millones de euros) y el Fondo Monetario Internacional (26.000 millones).

El ministro portugués de Finanzas, Fernando Teixeira dos Santos, ha reconocido que el programa de ajuste llevará a Portugal a la recesión, con una contracción del PIB del 2% durante este año y el próximo, y el paro pasará del 11% actual al 13% en 2012.

Conscientes del impacto social de las medidas, el comisario de Asuntos Económicos, Olli Rhen, y el director gerente del FMI, Dominique Strauss-Kahn, dicen en un comunicado que apoyan «firmemente a Portugal en su intención de proteger a los grupos más vulnerables y asegurar que se aplica de una forma socialmente equilibrada».