El ministro de transporte español, José Blanco, que ha presidido su último Consejo de Transporte en nombre de la presidencia española de turno, ha destacado que el acuerdo es un éxito de la «economía sostenible», dado que tanto la UE como EEUU se han comprometido a reducir sus emisiones de CO² a la atmósfera. Mientras que la apertura de nuevas rutas, con más y mejores ofertas, permitirá además «más crecimiento, más desarrollo económico y más empleo a ambos lados del Atlántico.»
Por su parte el comisario europeo de Transporte, Siim Kallas ha destacado que este pacto trasatlántico reportará unos beneficios de 12.000 millones de euros y la creación de hasta 80.000 nuevos puestos de trabajo y aumentar el número de pasajeros en 26 millones. Los dos mercados suponen el 60% del tráfico aéreo mundial.
Este segundo acuerdo firmado este jueves consolida la primera fase que entró en vigor en 2008 por la que cualquier aerolínea europea y norteamericana puede realizar un número ilimitado de rutas aéreas entre cualquier punto de ambas regiones. Refuerza la cooperación en cuestiones medioambientales y de seguridad y, por primera vez incluye un artículo dedicado a los derechos laborales de los trabajadores del sector aéreo.
Aunque no suprime las restricciones para que las compañías europeas puedan comprar aerolíneas estadounidenses. Para llegar a ese punto el pacto establece un sistema de concesiones mutuas: EEUU se compromete a modificar la norma que limita la participación extranjera al 25% y en Europa se relajarán las restricciones al ruido en los aeropuertos para hacer más fáciles las operaciones de los aparatos americanos y se suprimirá el límite vigente del 49% de participación de capital extranjero en las compañías europeas.
Una vez que se cumplan estas condiciones aviones de la otra región podrán volar desde su territorio a terceros países. Pero no se admitirá el cabotaje, es decir, que una compañía europea pueda hacer rutas internas en EEUU.