El despliegue de una Misión de Observación Electoral (MOE), confirma el compromiso de la UE con la estabilización política, el respeto de los derechos humanos y la democratización en un momento crucial de retorno al régimen democrático constitucional en el país. También tiene como objetivo contribuir a mejorar la transparencia del proceso y el respeto de las libertades fundamentales.
Los observadores de la UE trabajarán en coordinación con otras misiones internacionales, de la Unión Africana y una delegación del Parlamento Europeo. La misión permanecerá en Guinea Bissáu hasta el recuento final y la tabulación de los votos y los procedimientos de reclamación. Más tarde se presentará un informe, en el que se incluirán recomendaciones que podrán ser útiles en futuros procesos electorales.
Desde que se independizó de Portugal en 1974, Guinea-Bissau ha vivido una situación de inestabilidad continua, con frecuentes golpes de estado y conflictos armados, el último en abril de 2012. Los bajos niveles de gobernabilidad y educación, las divisiones étnicas, la mala e inadecuada infraestructura básica y los escasos recursos destinados a la exportación hacen de Guinea Bissau uno de los países más pobres del mundo y uno de los lugares de tránsito de la cocaína destinada a Europa.
El envío de observadores a Guinea Bissáu se encuentra dentro de un contexto más amplio: la nueva estrategia que la UE ha adoptado para el Golfo de Guinea, en el Consejo del pasado 17 de marzo para ayudar a la región y a sus países ribereños a hacer frente a los muchos desafíos de inseguridad marítima y crimen organizado que amenazan la estabilidad en la subregión a la vez que plantean una amenaza cada vez mayor para la UE.
En esta estrategia, la UE y sus Estados miembros se centran en cuatro objetivos. El más importante hacer un análisis conjunto de las amenazas en el Golfo de Guinea y la necesidad de abordarlo entre todos los países de la región y la comunidad internacional.
El segundo punto consiste en ayudar a los gobiernos a construir instituciones sólidas, administraciones marítimas eficientes y afianzar la seguridad y el Estado de Derecho a lo largo de la costa. Otro de los objetivos es apoyar a las economía prósperas de la región, en consonancia con las estrategias nacionales y regionales de desarrollo, para crear empleo y ayudar a las comunidades más vulnerables a aumentar su capacidad de resistencia frente a las actividades delictivas o violentas.
La estrategia está dirigida también a proteger tanto a las poblaciones de la región como a los ciudadanos europeos frente a las amenazas que emanan desde allí, como la piratería, el terrorismo y el tráfico de personas, drogas y armas. Un coordinador nombrado por la UE informará cada año de los progresos de la estrategia.
La estrategia que fue debatida en la Cumbre de Jefes de Estado celebrada en Yaundé, en junio de 2013, ha sido aprobada en vísperas de la cumbre UE-África que tendrá lugar los días 2 y 3 del próximo mes de abril en Bruselas.