Los pactos no implican un panorama claro de adhesión al bloque europeo, pero sí son «un hito», en palabras de Herman Van Rompuy, presidente del consejo de Europa, y «una fuerte determinación política de acercarse a la UE» para José Manuel Durao Barroso, presidente de la Comisión Europea en el momento de la firma.
Los líderes de los tres países han dejado claro su objetivo de entrar en la Unión como miembros de pleno derecho. Antes de que eso suceda, tendrán que afrontar una serie de reformas judiciales, comprometerse en la lucha contra la corrupción, reforzar los derechos y libertades fundamentales y fortalecer las instituciones democráticas.
Ucrania firma el acuerdo que desató la crisis
Ucrania estuvo muy cerca del acuerdo de asociación con Europa, el pasado noviembre, en la cumbre de Vilna, pero en el último momento, el entonces presidente, Viktor Yanukóvich, abandonó el pacto y cedió ante las presiones de Rusia, que defendía y defiende una Ucrania lejos de la Unión Europea, en virtud de su bienestar económico y comercial. Entonces una oleada de revueltas y manifestaciones proeuropeas tumbaron el gobierno ucraniano y precipitaron la crisis que actualmente vive el país.
Siete meses después, Petró Poroshenko, el actual presidente, con el mismo boligrafo que en su día se preparó para Yanukóvich en Vilna,(el propio mandatario ironizaba confirmándolo) estampaba, al fin, su rúbrica en el documento más ambicioso que Ucrania ha firmado con la UE. Como «un día histórico, el más importante para Ucrania, después de su independencia (de Rusia, en 1991)», lo definía.
En palabras de Poroshenko, «Ucrania es la que ha pagado el precio más alto para que sus sueños europeos se convirtieran en realidad» (más de un centenar de muertos, miles de refugiados y tensión aún presente en el país tras siete meses de violencia) y ha pedido que Europa diga a Ucrania que será parte de la Unión cuando esté preparada para serlo: «La Unión Europea podría comprometerse y decir que cuando Ucrania esté lista, formará parte del bloque. Esto es muy sencillo para la Unión Europea y para nosotros significaría mucho»
La parte política del acuerdo, en vigor desde marzo, cuando se firmó con el gobierno interino que asumió el relevo de Yanukóvich, se centra en el compromiso de reformar las instituciones ucracianas para que sean más democráticas y transparentes. La parte económica de este acuerdo establece que Ucrania podrá importar y exportar a la UE sin restricciones.
Bruselas calcula que Kiev ahorrará unos 500 millones de euros al año en concepto de supresión de aranceles a las exportaciones ucranianas a la UE, que podrían crecer hasta 1 000 millones de euros al año, en concreto en los sectores textil, alimentación, aceites vegetales y metales como el hierro.en particular en los sectores textil, alimentación, aceites vegetales y metales. Según estas estimaciones, el PIB ucraniano podría aumentar un 6 por ciento gracias al acuerdo.
Ucrania culmina así un acuerdo que venía gestándose con la Unión desde el año 2007.
Georgia, hacia la «familia unificada».
El primer ministro georgiano, Irakli Garibashvili ha resaltado las «nuevas oportunidades» que supone para todos los georgianos el acercamiento a Europa, también para los de las regiones separatistas de Abjasia y Osetia del sur, reconocidas oficialmente por Rusia desde 2008, tras la guerra de independencia, a las que ha pedido «compartir» este proceso de adhesión. Se mostró «convencido de que pronto Georgia se convertirá en un miembro pleno de la familia unificada».
Para Georgia, el acuerdo supondrá asistencia de la UE para poner en funcionamiento reformas comerciales que le podrían aportar un crecimiento económico anual del 4,3 por ciento.
A la Unión la firma le permitirá ahorrar unos 6,2 millones de euros al retirar derechos de importación de productos agrícolas georgianos.
Moldavia, hacia la integración
A Moldavia, el acuerdo también le ayudará a integrar su economía en los mercados mundiales, con reformas auspiciadas por la Unión. Se espera que las exportaciones moldavas a la UE aumenten un 16 por ciento y que las importaciones europeas en el país suban un 8 por ciento.
La UE levantará aranceles a productos agrícolas moldavos por valor de 46 millones de euros.
Su primer ministro, Iure Leanca, ha prometido hacer «todo» por reformar y modernizar al país y ha asegurado que el acuerdo firmado representa «un futuro mejor» para Moldavia, que al igual que el resto de la región se ve afectado por «tensiones muy fuertes».
Rusia dice que los acuerdos perjudican su economía, la UE expone que no van contra Rusia
Rusia ve con otros ojos el avance territorial de la UE. Moscú dice que los acuerdos de asociación firmados perjudican su economía, al disminuir los vínculos comerciales con sus países vecinos, que hasta hace poco más de dos décadas, formaban parte de la Unión Soviética.
El ejecutivo ruso ha advertido de que tomará medidas en el caso de que el acuerdo entre Kiev y la UE le afecte. El embajador ruso en la UE, Vladimir Chizhov ha dicho que la firma del acuerdo tendrá consecuencias en las relaciones comerciales con Ucrania, en relación a los aranceles con los que se gravarán las exportaciones ucranianas a Rusia.
Por su parte, José Manuel Durao Barroso, líder de la Comisión Europea en el momento de la firma, ha aclarado que los acuerdos «no van contra nadie», ni «buscan competir o interferir» en las relaciones con sus vecinos, en alusión a Rusia. «No buscamos una relación exclusiva con nuestros tres socios», recalcaba.