El ex primer ministro laborista noruego, hace años antimilitarista, ha dicho que quiere «reforzar el papel de la OTAN» y su antecesor el conservador, Rasmussen decía el viernes que «mi amigo Jens Stoltenberg tomará posesión del cargo en un momento difícil en el que nuestros valores y nuestra voluntad se están poniendo a prueba». Algunos de los que se oponen a su elección critican que el decimotercer secratario general de la OTAN sea un economista sin experiencia en temas de defensa, y que, como socialdemócrata, ha mantenido buenas relaciones con Rusia. Aunque no es el primero que reúne esas condiciones al frente de la Alianza militar.
En un momento de máxima tensión entre Europa y Moscú por la crisis ucraniana, Stoltenberg puede poner en práctica su experiencia negociadora con Rusia. Tras décadas de disputas fronterizas por las reservas de petróleo y gas en el mar de Barents, Noruega y Rusia, firmaron un acuerdo para crear una zona de libre movimiento en 2012, siendo Dmitry Medvedev presidente. Participó con Estados Unidos en la guerra contra el terrorismo, enviando 600 cascos azules a Afganistán, y en 2011 su partido fue objetivo del ultra Anders Behring Breivik's. En aquella ocasión su postura fue «más democracia, más apertura».
Avalado por Angela Merkel, sus defensores destacan que el hecho de que Noruega no pertenezca a la Unión Europea puede ser positivo para restablecer puentes de diálogo con Rusia, señalan además, que es un hombre de consenso y que trabaja intensamente en buscar soluciones. Otro aspecto que algunos analistas resaltan es que, al igual que el conservador Jean-Claude Juncker, nuevo presidente de la Comisión Europea, ambos son políticos «que buscan el consenso».
Este miércoles, poco antes de su toma de posesión, un obús ha alcanzado una escuela y una parada de autobús en Donetsk, matando al menos a 9 personas. Es el balance de víctimas más alto en un solo día desde que se inició el alto el fuego el 5 de septiembre. Desde abril en la zona en conflicto han muerto 3.000 personas, la mayoría en Donetsk y Lugansk. Sin duda va a necesitar un gran esfuerzo para buscar una salida consensuada a la crisis ucraniana. Los otros frentes abiertos son la lucha contra el Estado Islámico, la retirada de Afganistán, la ciberseguridad y la modernización del material militar en muchos socios. Esta semana Alemania reconocía que no podría hacer frente a una petición urgente de aviones militares por parte de la OTAN.
Stoltenberg, cuyo padre fue fue embajador y ministro de exteriores y defensa, ha ocupado en su país las carteras de industria y energía y finanzas y fue primer ministro en dos ocasiones (2000-2001 y 2005-2013). Durante su segundo mandato firmó un acuerdo con Estados Unidos para comprar unos 50 cazas estadounidenses que renovaran su flota de F-16, por un coste de 8.000 millones de euros.